EL TAMAÑO DE LA LETRA Y EL CARÁCTER
Los rasgos de la escritura reflejan de manera inconsciente nuestra personalidad y nuestros procesos mentales. De ahí que aprender a interpretarla sea una herramienta de autoconocimiento verdaderamente útil. En esta sección intentaremos enseñarle a hacerlo de la manera más sencilla posible. Ojalá lo consigamos.
Es más corriente de lo que el común de la gente piensa descubrir que el más arrollador y extrovertido de los compañeros de clase es en realidad un tímido increíble o que el profesor que presume de «devorar vivos» a sus alumnos, está siempre enfadado y no da nunca por bueno el trabajo de sus discípulos ni el de sus compañeros en el fondo lo que pasa es que tiene MIEDO. De hecho, ese tipo de comportamiento suele a menudo esconder una gran inseguridad.
También es habitual terminar enterándonos de que aquella pareja tan perfecta que todos conocemos en realidad no se lleva nada bien y no conecta ni a nivel afectivo ni a nivel sexual.
Pues bien, este tipo de comportamientos -y otros muchos- se reflejan en la escritura, en sus características grafognómicas (lo que podríamos llamar la «anatomía» de la escritura), algo que siempre tiene sus correspondencias a nivel psicológico. Una ciencia que poco a poco nos permitirá ver qué características resultan predominantes en nuestra escritura y así irnos conociendo psicológicamente.
Es evidente, a fin de cuentas, que cuanto mejor nos conozcamos más posibilidades tendremos de potenciar nuestros puntos positivos y de trabajar los negativos para solucionar posibles conflictos.
EL TAMAÑO DE LA ESCRITURA Y LA AUTOESTIMA
Una de las cosas que nos dice el tamaño de la escritura -además de otros conceptos que veremos a continuación- es el grado en que nos valoramos, en que nos tenemos en consideración.
¿Y cómo puedo saber cuál es el tamaño de mi escritura? Pues lo primero que necesito conocer es que en las letras existen varias partes que deberemos medir:
El ÓVALO. Corresponde a la parte central o cuerpo central de la letra (sería la parte redonda de la letra «d» minúscula por ejemplo) y se mide en milímetros siguiendo la inclinación de la letra, tal como se muestra en los gráficos adjuntos.
Las CRESTAS. Son las partes superiores de las letras (sería el trazado de la letra «l» minúscula, o el bucle superior de la letra «f» minúscula). Las mediremos igualmente siguiendo el eje central según la inclinación de la letra.
Los PIES. Son las partes inferiores de las letras (corresponden, por ejemplo, al trazado de la letra «j» minúscula o al trazado del bucle inferior de la letra «f» minúscula). Por supuesto, lo mediremos siguiendo las mismas directrices anteriormente citadas.
Por último, hay que considerar y medir de forma independiente las MAYÚSCULAS. Y las mediremos completas.
Pues bien, cuando las letras miden en sus cuerpos centrales entre 2,5 y 3,5 milímetros estamos hablando de escritura de tamaño normal. Entre 3,5 y 4,5 milímetros hablamos de escritura grande. Por encima de los 4,5 milímetros, la escritura es muy grande.
Por el contrario, la escritura pequeña medirá entre 1,5 y 2,5 milímetros y se considera muy pequeña por debajo de 1,5 milímetros.
Otras dos proporciones a tener en cuenta son:
Las mayúsculas son normalmente entre 3 y 4 veces más grandes que las minúsculas y los pies y las crestas (partes bajas y altas de las letras) medirán normalmente 2 o 3 veces el tamaño del cuerpo central de las letras.
CORRESPONDENCIA A NIVEL PSICOLÓGICO DE LOS TAMAÑOS DE LA ESCRITURA
La escritura MUY GRANDE nos habla de una persona que tiene un excesivo concepto de sí misma y corre el peligro de caer en el orgullo, en la vanidad. Es también muy corriente en personas que tratan de compensar una inseguridad o complejo de inferioridad dando una imagen totalmente opuesta. A veces detrás de un vanidoso se esconde un gran tímido, una persona que sufre tanto por su inseguridad que trata de evitar que se le note.
Por otro lado, será también una persona cuyo enfoque de las cuestiones sea muy global, sin entrar en detalles.
–La escritura GRANDE es compatible con personas con un alto concepto de sí mismas y tendencia al contacto con los demás, extrovertidas y que tienden a enfocar los temas globalmente pero con buena organización en su trabajo.
–La escritura NORMAL es la típica de las personas que se ven como son, que se valoran en su justa medida siendo conscientes de sus posibilidades, de sus virtudes y defectos (que todos tenemos de ambos). Son personas con un nivel equilibrado de extroversión-introversión y que se acercan a los temas que les rodean teniendo en cuenta tanto su globalidad como los detalles (sin perderse en ellos, pero sí en su justa medida).
–La escritura PEQUEÑA es típica de personas que necesitan mayor autoconfianza, que no tienen un gran concepto de sí mismas. Se trata de personas introvertidas, poco dadas al trato social -en sentido amplio-, detallistas, minuciosas, calladas, observadoras, de gran prudencia y de pocas palabras (pero certeras normalmente). En ocasiones podemos encontrar también esta escritura en personas tacañas.
-La escritura MUY PEQUEÑA refleja un caso extremo de introversión. Se trata generalmente de personas en extremo observadoras y detallistas, muy minuciosas, incluso demasiado.
En un sentido negativo, esta escritura tan pequeña puede estar reflejando angustia a nivel psicológico y suele darse en personas avariciosas o, al menos, poco desprendidas.
¿SU ESCRITURA ES CRECIENTE O DECRECIENTE?
Son dos conceptos claramente identificables y totalmente opuestos. En el caso de la escritura creciente nos encontramos con un tipo de letra que va aumentando su tamaño a lo largo de cada palabra (véase la ilustración que incluimos como ejemplo gráfico). Por el contrario, en el caso de una escritura decreciente el tamaño de la misma se va haciendo menor a lo largo de la palabra (véase la ilustración correspondiente).
Pues bien, la correspondencia psicológica de estas características es la siguiente: aquellos cuya escritura es predominantemente creciente tienen caracteres con cierta tendencia a la ingenuidad y una gran capacidad de asombro. Suele tratarse de personas bondadosas y confiadas, a veces demasiado; podemos decir que necesitarían ser algo más analíticas, más críticas.
En cuanto a las personas cuya escritura es decreciente cabe decir que su grafía se corresponde con personalidades donde predomina la observación y el análisis prudente. Suelen ser personas con gran capacidad de juicio crítico que pueden llegar -en casos extremos- a la desconfianza.
¿ESCRITURA UNIFORME O IRREGULAR?
Nos encontramos ante lo que llamamos escritura uniforme cuando el tamaño de las letras se mantiene prácticamente igual a lo largo de la palabra y del escrito. Por supuesto, estamos considerando el tamaño de las mayúsculas entre sí y de los cuerpos centrales de las minúsculas entre sí igualmente (recuérdese que en el número anterior explicamos el concepto de cuerpo central). Su perfil psicológico corresponde al de una personalidad equilibrada, reflexiva, ordenada y constante en la que la prudencia y el orden se hacen evidentes. Como siempre, la misma característica a nivel psicológico puede ser algo negativa si se da en exceso; y así, las personas cuya escritura es claramente uniforme pueden caer en la rutina, en la ausencia total de fantasía y presentar ciertas dificultades para adaptarse al ambiente que les rodea por exceso de rigidez. Por el contrario, una escritura es irregular cuando el tamaño de las letras dentro de la palabra cambia constantemente (ver ilustración). A nivel psicológico, esta característica grafognómica señala a personas muy emotivas, con una gran carga de sensibilidad. En el caso de que la escritura sea muy irregular, las características psicológicas correspondientes se ven acentuadas y en ese caso estaremos ante una personalidad cuya emotividad se descontrola fácilmente, con una marcada inseguridad e inestabilidad a este nivel; suelen ser personas que tan pronto se valoran positivamente como se sienten inestables e inseguras.
En ocasiones nos encontramos con que a lo largo de un cuerpo de escritura aparece un aumento brusco de tamaño, normalmente en una determinada letra y sólo en ella (ver ilustración).
En estos casos estamos ante una persona que puede presentar auténticas explosiones en su emotividad -normalmente en sentido negativo-, explosiones de un genio difícilmente controlado o que, por no ser correctamente canalizado, sale a borbotones en el momento y de la forma menos adecuada; son personas que corren el peligro de ser demasiado agresivas y violentas.
Las personas que tienden a hacer este tipo de escritura gustan de incluir en ella trazos innecesarios buscando un efecto estético, un adorno, algo que normalmente aparece de forma predominante en las mayúsculas.
La Grafotecnia -es decir, la interpretación psicológica de la escritura- dice respecto de quienes así escriben que se trata de personas con gran imaginación que buscan causar efecto con sus creaciones. Suelen ser personas simpáticas, con don de gentes, muy pendientes de los detalles, sobre todo en lo que afecta a la estética, tanto en el ámbito del trato social como en el ámbito creativo.
Pero si aparece esta característica en exceso podemos en-contrarnos con una interpretación negativa, en cuyo caso este tipo de escritura estaría reflejando una personalidad vanidosa, superficial, con tendencia a las exageraciones, posibles delirios de grandeza y tendencia a la mentira.
En el caso de la escritura extraña no sólo encontramos tra-zos superfluos y adornos sino que podemos apreciar un trazo a veces poco claro en ciertos rasgos de la escritura. Diga-mos que la aparición de adornos y peculiaridades en el tra-zado de algunas letras las hace difícilmente identificables si no estuvieran en un contexto. Se trata de una caracte-rística que va mas allá de la originalidad en el trazado o, por así decirlo, que desborda lo que podría llamarse «un trazado muy personal».
En cuanto a la interpretación psicológica es evidente que nos encontramos ante una personalidad que trata de llamar la atención, de ser original por encima de todo; también es una persona de gran capacidad creadora, gran capacidad para el diseño en todos los campos, alguien que suele romper moldes y a quien, además, le encanta hacerlo.
Supongo que en este momento algunos de los lectores estarán imaginándose cómo puede ser la escritura de algún conocido director de cine o de alguna conocida diseñadora de moda… Pero esta característica llevada al extremo (ya se sabe lo que pasa con los extremos) da como resultado la típica per-sona que se pasa de original, que es ya claramente extrava-gante y además le encanta serlo porque lo necesita para au-toafirmarse; alguien que necesita llamar la atención como sea, salirse de lo normal, enfrentarse a lo establecido, rebelarse haciendo el mayor ruido posible. Suele ser gente que, normalmente, trata de superar la falta de seguridad en sí mismos, algún complejo de inferioridad.
Se trata de una escritura con trazado elegante en el que predomina la naturalidad.
En cuanto a su interpretación psicológica está reflejando un buen nivel cultural, elegancia, educación, buen gusto artístico y suele darse en personas que valoran mucho la estética.
En casos extremos podemos encontrarnos con personas poco naturales en su forma de comportarse, un tanto rebuscadas en sus modales y con tendencias hedonistas.
Sería el concepto opuesto a la escritura distinguida. En este caso nos encontraríamos con una letra donde su autor demuestra poco dominio de la escritura, pudiendo aparecer falta de claridad, falta de proporciones gráficas y un as-pecto de conjunto poco equilibrado, poco limpio.
En cuanto a la interpretación psicológica, nos encontramos con que este tipo de escritura es clásica y normal en los niños de corta edad y también en personas que no han tenido la oportunidad de cultivar mucho la escritura.
Suele acompañar a rasgos psicológicos como el sentimiento de inferioridad o las personas excesivamente desconfiadas por inseguridad.
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