Consejos para manejar tu moto de forma segura

Hoy he tenido un pequeño susto con la moto. Nada serio, pero el susto no me lo quita nadie. Este percance me ha animado a dirigir mi afán por investigar y aprender cosas nuevas hacia la automoción online. Tras buscar información por la red y organizarla en mi cabeza, estas son mis conclusiones y las comparto contigo.

Deja tu ego en casa

Quizás te has comprado una moto muy cara, muy bonita, muy potente, muy rápida o muy lo que sea, pero entiende que a nadie le importa. No necesitas ser el más veloz, salvo que quieras llegar rápido al hospital o a un juzgado. ¿Tu moto es una auténtica máquina? Perfecto, disfruta de ella. Pero con cabeza.

Presta atención

Vivimos en un mundo lleno de distracciones de todo tipo y, cuando vas sobre la moto, no eres consciente de a qué velocidad ocurren las cosas. A lo que me refiero es a que un segundo, solo uno, que te despistes porque un cartel publicitario llamó tu atención, puede suponer un montón de metros recorridos a ciegas. Y esto puede tener consecuencias fatales.

Céntrate en la conducción

Pongamos que has discutido con alguien justo antes de iniciar la marcha. O que terminas una larga y dura jornada de trabajo y te subes a la moto estando agotado y con la mente dispersa en algún lugar lejos de este planeta. Eso es muy peligroso. Tienes que recordar que eres tú quien está manejando el vehículo y debes centrarte en eso. Cuando aparques, entonces tienes vía libre para divagar o pensar en tus cosas. Manejar en modo «piloto automático» no es seguro; tienes que estar «presente» y darte cuenta de qué estas haciendo.

Actúa como si fueses invisible

Recuerda que los ángulos muertos existen y que, aunque creas que el auto al que vas a adelantar te ha visto, en realidad no lo sabes. Esto pasa continuamente con todo tipo de vehículos, pero más con las motos. Un conjunto motorista-moto no ocupa mucho volumen y es más susceptible de «colarse» en un ángulo muerto. De modo que es mejor que nunca asumas que el otro conductor te ha visto. Y procura no pegarte demasiado a otros carros.

Aplica la ley de Murphy

En la mayoría de las situaciones, tienes que compartir la calle con otros vehículos, peatones e, incluso, con animales. Y no puedes adivinar qué va a hacer cada uno de ellos. Es más que correcto hacerte un mapa mental de la situación, pero con frecuencia se producen imprevistos, por lo que no es nada aconsejable confiarse. La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. Es fácil interpretarlo como un modo pesimista de pensar, pero si investigamos a qué se refiere en realidad, nos daremos cuenta de que solo es un modo de tratar de prevenir las posibles consecuencias negativas de los imprevistos indeseados. Dicho de otro modo: piensa mal y acertarás. Si preves en cada instante los posibles problemas que pueden surgir y tomas ciertas precauciones, estarás preparado en las situaciones en las que se produzcan.

Anticípate (a lo previsible y a lo imprevisible)

Esto tiene bastante que ver con el punto anterior. Tienes que procurar anticiparte a lo que viene, tanto lo previsible como lo imprevisible. Un error habitual es fijar la vista en el vehículo que tienes delante, sobre todo de noche, que inconscientemente tendemos a mirar las luces del carro que tenemos delante. Esto merma tu capacidad para anticiparte a lo que viene. Mira más lejos. Fíjate en las señales, en lo que tienes a los lados (y detrás, no olvides los retrovisores) y en lo que se aproxima. Si te estás acercando a una curva, asegúrate de entrar en ella a la velocidad y con la posición del cuerpo adecuadas. Un frenazo antes de la curva puede acabar muy mal. Otro ejemplo son los túneles: vas a sufrir un cambio brusco de iluminación y además no puedes ver bien su interior desde fuera. Imagina que nada más entrar te topas con una retención. Dentro de las limitaciones que poseemos como seres humanos, debemos tratar siempre de anticiparnos.