Pienso, luego existo
¿Nunca os ha pasado que un juego, o una aplicación que requiera mucha potencia, se os ralentiza de repente sin motivo aparente? ¿O que una computadora que funcionaba bien cuando estaba nueva, ahora sufre esas ralentizaciones momentáneas a menudo? Pues tiene un motivo y una posible solución muy barata.
Continuar leyendo «Cómo solucionar el sobrecalentamiento de una computadora»
Con todo lo que está pasando últimamente, pareciera que el mundo se ha convertido en una película de serie B, de esas aburridas que emiten directamente en la televisión, sin pasar por el cine. La cuestión es: ¿qué va pasar después de los títulos de crédito? ¿Qué mundo nos va a quedar?
Continuar leyendo «¿Qué mundo nos espera en los próximos años?»
La primera idea que me viene es celebrarlo por todo lo alto, evidentemente. Recibir mi diploma de titulado, tras años de duro esfuerzo, es motivo para estallar de felicidad. Solo de pensarlo, me entra la emoción. Pero después… después habrá que hacer algo.
Continuar leyendo «Y cuando termine la universidad, ¿qué hago?»
En lo personal, soy un entusiasta de los sueños. Cierras los ojos, te bajas de la realidad por unas horas y tu mente, que sigue trabajando de forma incansable estés despierto o no, te abre otros mundos. Resulta impresionante la imaginación que poseemos, aunque no le demos apenas uso en nuestro día a día. El exceso de rutina de la vida moderna mata nuestra creatividad.
Pero hay algo que me da mucha rabia y es despertarme con una sensación, con la resaca de un sueño, pero no poder recordarlo. O, peor aún, despertar recordando lo que acabo de soñar y que, de pronto, se borre. ¡Ah! ¡Qué rabia da eso! Por este motivo, he investigado un poco sobre el tema y te voy a dar algunas técnicas para poder mejorar tu capacidad para recordar lo que has soñado.
Ya se empiezan a ver patinetes eléctricos por acá. No son nada nuevo, en Europa llevan años usándolos en el día a día para desplazarse por las grandes ciudades, pero ya sabemos que acá tardan un poquito más en llegar las cosas. Son un medio de transporte limpio, cómodo y rápido, pues te saltas el tráfico (aunque yo me quedo con mi moto). Pero también están dando muchos problemas. Hoy voy a dar rienda a mi afición por la redacción con un pequeño análisis sobre este pequeño artilugio electrónico que ha llegado para quedarse.
El que decide (y puede) estudiar una carrera universitaria, lo hace pensando algo del tipo: «voy a estar muy cualificado y nunca voy a aceptar un mal trabajo». Lo que no sabe es que, salvo que alguien pueda financiarle el 100% de sus gastos (familiares normalmente), entrar a la universidad le va a convertir en un hombre-para-todo que, para mantenerse a flote, va a tener que experimentar su particular factotum.
Continuar leyendo «La mejor lección que he aprendido en la universidad»
A raíz de una anécdota que me ha ocurrido hace apenas unos minutos, voy a tratar un tema que se me pasó por la cabeza: el uso de las tecnologías y el derecho a la privacidad.
Aunque soy un motero de pura cepa, con frecuencia me encuentro con nuestros hermanos de dos ruedas, los ciclistas. Los que manejamos una moto por ciudad sabemos de sobra lo difícil y arriesgado que se torna en ocasiones integrarte en un tráfico dominado por los vehículos de cuatro (o más) ruedas. Eso por no hablar de lo desprotegidos que nos encontramos al no estar envueltos por una cabina, como sí ocurre con los autos. Los ciclistas también sufren este problema, acrecentado además por el hecho de no poseer motor.
Continuar leyendo «Consejos para circular en bicicleta por la ciudad»
Hace unos días me reencontré por casualidad con un conocido de la uni y sentí un poco de envidia sana, (si es que existe ese tipo de envidia). Él ya ha terminado la carrera. A mí me falta un poco todavía.
Pero me dijo que no todo es tan bueno como parece. Aún no había encontrado trabajo. De hecho, si me lo encontré por el campus universitario es porque al parecer quería que algún profesor le escriba una carta de recomendación para ganar algunos puntos a ojos de las empresas y sus encargados de selección del personal.
Le pedí que me enseñe su currículum y lo que me mostró era horrible: una hoja vulgar con un texto vulgar. Su preparación es buena, pero la presentación era demasiado insulsa y aburrida. Y sí, es cierto que un currículum no tiene que ser un chiste, claro que no, pero lo que tampoco debe ser es una hoja estándar con un texto estándar. Es que no daban ganas ni de leerlo.
Los días que dejo la moto en casa y utilizo el transporte público, me paso todo el trayecto viendo vídeos, uno tras otro. La tarifa que pago para mi celular no me reporta muchos megas, pero antes de salir de casa dedico una buen rato a descargar vídeos de Facebook HD e historias de WhatsApp. Normalmente descargo vídeos cortos, de menos de un minuto. Me puedo tragar decenas de vídeos sin apenas parpadear.