Cada cierto tiempo la gente se agita y todos empiezan hablar de la “ciudad perdida”.  La última vez que aquello ocurrió fue hace cuatro meses, cuando Johan Reinhard, experto de la National Geographic Society, llegó a Bahía de Caráquez para emprender una expedición junto a otros expertos y lograr avances en las investigaciones sobre formaciones subacuáticas en los bajos de Santa Martha, 5 kilómetros mar afuera frente a las costas de Bahía, en el océano Pacífico.

Ver la historia en el siguiente vídeo:

Esta iglesia es de estilo historicista, ya que usan formas, elementos y detalles de arquitectura de épocas pasadas, arcos ojival y aculo gótico. La cubierta tiene una pronunciada inclinación y teatinas, lucerna-rías y torre de reloj con capital piramidal y cornisa periférica de cubierta, en la estructura vista de la cubierta se utiliza par y nudillo modificado.

Su estilo original se conserva por cuanto la iglesia tiene mantenimiento, lo que ha permitido su permanencia. El estilo de su entorno también permanece conservado por cuanto subsisten edificaciones antiguas en las que se han realizado obras de mantenimiento y en mínima cantidad existen edificaciones modernas.

Los principales atractivos de esta iglesia radican principalmente en su colección interior como el Cristo Crucificado, la imagen de Mariana de Jesús, la Virgen de la Merced, réplica de la Dolorosa, María Auxiliadora, el Corazón de Jesús y San José, entre sus estructuras y además cuadros, todos ellos conservando algunos elementos de la época de su construcción y otros alterados con retoques, pintes y repintes, especialmente en sus encarnados de rostros y manos.

El jueves 03 de noviembre el cantón Sucre cumplió 141 años de cantonización y en honor a ello, en su cabecera cantonal Bahía de Caráquez, se realizó la sesión solemne conmemorativa.

En el acto estuvieron presentes el prefecto de Manabí, Mariano Zambrano, autoridades locales y nacionales.

Como un aporte al desarrollo de este cantón se realizó la firma de convenios por parte del prefecto, Mariano Zambrano. El Gobierno Provincial de Manabí, ejecutará tres obras importantes: Rehabilitación de la vía Charapotó-Correagua, con un aporte de la prefectura de 181.797 dólares y la municipalidad aportará en contratarte la misma suma; rehabilitación de las calles de San Isidro en la que el Gobierno Provincial de Manabí invertirá 310.265 dólares y el GAD cantonal 206.843 dólares; así como la rehabilitación con doble tratamiento bituminoso de la vía La Boca-San Clemente, donde la institución provincial aportará con 192 mil dólares, mientras que el cabildo de Sucre invertirá  128 mil dólares.

En la sesión solemne se entregaron reconocimientos a instituciones públicas como la prefectura de Manabí y empresas privadas, por el aporte que dieron al cantón por las afectaciones del terremoto del pasado 16 abril.

“Seguiremos trabajando por Sucre y sus parroquias, sumado a las obras de reconstrucción que son prioridad para el Gobierno Provincial de Manabí”, enfatizó el prefecto de Manabí, Mariano Zambrano.

La idea de construir un puente sobre el estuario del río Chone, al norte de Manabí, nació después de una propuesta electoral en dos ocasiones por el mismo candidato presidencial. La primera vez fue en 1956 cuando el extinto Raúl Clemente Huerta llegó a Bahía de Caráquez, capital del cantón Sucre. Entonces era candidato a la Presidencia, dice Carlos Mendoza, actual alcalde de ese cantón. La segunda vez ocurrió en 1978; 54 años después, el paso se construyó. El puente, considerado el más grande del país y que une a San Vicente con Bahía de Caráquez, tiene 1980 metros de longitud. 

La inauguración del PUENTE LOS CARAS, realizada el 3 de noviembre del 2010 por el presidente Rafael Correa, procuró la integración de los ciudadanos de la región a las vías San Vicente-San Isidro; San Vicente-Canoa; Canoa-Jama; Jama-Pedernales; Pedernales-San José de Chamanga; Suma-Pedernales, constituyéndose en el eslabón restante de la Ruta del Sol en la Costa ecuatoriana, además de servir como enlace del aeropuerto “Los Perales”, promovió también la venida de inversión turística y en general aumentó el autoestima de los manabitas, quienes aún incrédulos, al transitar por el hermoso puente se han transformado en protagonistas de su propio destino, que al fin les ofrece a su disposición una mejor y más prometedora calidad de vida.