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TItanes

Los titanes  Mitologia Griega

Oceano

En la mitología griega este océano mundial era personificado como un Titán, hijo de Urano y Gea. En los mosaicos helenísticos y romanos se representa con frecuencia a este Titán con el torso y brazos de un hombre musculoso con barba larga y cuernos (a menudo con pinzas de cangrejo), y con la parte inferior del cuerpo de una serpiente (compárese con Tifón). En fragmentos de una vasija arcaica fechada sobre 580 a. C.,3 entre los dioses que acuden a la boda de Peleo y la ninfa marina Tetis aparece un Océano con cola de pez, llevando un pez en una mano y una serpiente en la otra, dones de recompensa y profecía. En los mosaicos romanos, como el de Bardo, puede aparecer llevando un timón y meciendo un barco.
Algunos estudiosos creen que originalmente Océano representaba a todos los cuerpos de agua salada, incluyendo el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, las dos mayores masas acuáticas conocidas por los antiguos griegos. Sin embargo, a medida que la geografía se hizo más precisa, Océano pasó a representar las aguas más desconocidas y extrañas del Atlántico (también llamado «Mar Océano»), mientras el recién llegado de una nueva generación, Poseidón, gobernaba el Mediterráneo.
La esposa de Océano era su hermana Tetis, y de su unión nacieron las tres mil Oceánides (o ninfas del mar) y todos los Oceánidas, los ríos del mundo, así como las fuentes y los lagos.4 De Crono, de la raza de los Titanes, nacieron los doce olímpicos, y Hera menciona dos veces en la Ilíada su pretendido viaje «a los confines de la fértil tierra para ver a Océano, padre de los dioses, y a la madre Tetis, los cuales me recibieron de manos de Rea y me criaron y educaron en su palacio».

 

 

 

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Hiperion

En la mitología griega, Hiperión (en griego antiguo Ὑπερίων Hyperíôn, ‘el que vive arriba’ o ‘el que mira desde arriba’) es un Titán, hijo de Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra).
En la Ilíada de Homero, el dios sol se llamaba Helios Hyperion (‘Sol en lo más alto’), pero en la Odisea, la Teogonía de Hesíodo y el himno homérico a Deméter el sol recibe el nombre de Hyperonides (‘hijo de Hiporraerión’), y ciertamente Hesíodo imaginaba a Hiperión como un ser separado de Helios en otras obras. De hecho, algunos traducen «Hiperión» como ‘el que aparece antes que el Sol’. En la literatura griega posterior Hiperión siempre se distingue de Helios.
Hiperión es considerado a menudo el dios de la observación, y su hermana Tea la diosa de la vista.
Según Hesíodo, se casó con Tea (llamada Eurifaesa es el Himno homérico a Helios), su hermana, con la que tuvo tres hijos: Helios (el Sol), Selene (la Luna) y Eos (la Aurora):
Tea concibió del amor de Hiperión y dio a luz
al gran Helios y las brillantes Selene y Eos,
que traen la luz a todos los mortales de esta tierra
y a los inmortales dioses que gobiernan el ancho cielo.1
Sus tres hijos eran notables por su belleza y virtud, lo que atrajo sobre Hiperión los celos de los otros Titanes. Éstos, conspirando entre ellos, convinieron matar a Hiperión y ahogar a sus hijos.
Hiperión desempeña un papel virtualmente nulo en los cultos griegos y muy pequeño en la mitología, con la excepción de aparecer en la lista de los doce Titanes.

 

 

 

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Ceo

En la mitología griega, Ceo (en griego antiguo Κοῖος Koĩos, ‘inteligencia’, ‘inquisitividad’) era el Titán de la inteligencia. Los titanes eran los hijos gigantes de Urano (Cielo) y Gea (Tierra).
Con su hermana Febe, titánide del brillo y la luna, Ceo fue padre de Leto y Asteria. De Zeus (hijo de Crono y Rea), Leto engendró a Artemisa y Apolo.
Ceo representaba la adivinación por las estrellas, así como el eje norte del cielo alrededor del cual giraban las estrellas, que recibió el nombre de Polo por él (Πολος Polos era uno de los epítetos de Ceo).
Junto con su esposa, que representaba el centro de la Tierra (entendida como un disco plano), despuntó como uno de los primeros dioses proféticos, siendo Ceo el portavoz de la sabiduría de su padre Urano y Febe la de su madre Gea. En este sentido sus dos hijas representaban las dos ramas de la clarividencia: Leto y su hijo Apolo presiden el poder profético de la luz y el cielo, mientras que Asteria y su hija Hécate lo hacen del de la noche, la oscuridad ctónica y los espíritus de los muertos. Asimismo Apolo dividía su tiempo entre el oráculo de Delfos, en el centro de la Tierra que presidía su abuela y, durante el invierno, en las regiones hiperbóreas, cercanas al polo que representaba su abuelo Ceo. Ambos lugares estaban custodiados por dragones, Pitón en Delfos y la constelación de Draco en el norte axial, pudiendo éstos representar a la pareja de Titanes. Según esta versión Ceo sería el dragón que Atenea lanzó al firmamento durante la citada titanomaquia.
Con los demás titanes, Ceo fue derrocado por Zeus y los demás olímpicos, que lo encerraron en el Tártaro

 

 

 

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Gea

La Teogonía de Hesíodo cuenta3 cómo, tras el Caos, surgió Gea «la de amplio pecho», la eterna fundación de los dioses del Olimpo. De su propio ser, «sin mediar el grato comercio», trajo a Urano, el cielo estrellado, su igual, para cubrirla a ella y a las colinas, y también a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. Pero tras esto, como cuenta Hesíodo:
acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Crono, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre.
Hesíodo menciona que Gea concibió más descendencia con Urano. Primero los Cíclopes gigantes de un solo ojo, constructores de murallas, a los que posteriormente se les dieron nombres: Brontes (‘el que truena’), Estéropes (‘el que da el rayo’) y Arges (‘el que brilla’): «El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos.» Luego añade los tres terribles hijos de cien manos de la Tierra y el Cielo, los Hecatónquiros, Coto, Briareo y Giges, cada uno con cincuenta cabezas.
Urano escondió a cíclopes y hecatónquiros en el Tártaro para que no vieran la luz, regocijándose de su maldad. Esto provocaba dolor a Gea (el Tártaro era su vientre), por lo que creó un pedernal gris (o adamanto) y de éste fabricó una gran hoz, y reuniendo a los titanes les pidió obediencia. Solo Crono, el menor, se atrevió a tomar la hoz y castró a su padre cuando éste se acercó a Gea para yacer con ella. De las gotas de sangre y semen Gea concibió aún a más hijos: las fuertes Erinias, los Gigantes con armadura y las Melias (ninfas de los fresnos).
Crono arrojó al mar los testículos de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Tras la castración de Urano, Gea parió a Equidna y Tifón, engendrados por Tártaro. De su hijo Ponto tuvo a las deidades marinas Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia. Con Éter tuvo a Ergía, la diosa de la pereza y la holgazanería.
Zeus escondía a una amante, Elara, de Hera ocultándola bajo la tierra. El hijo que tuvo de ésta, el gigante Ticio, es por tanto considerado a veces hijo de Gea, la diosa de la tierra.
Gea también hizo inmortal a Aristeo.
Se cree por algunas fuentes4 que Gea fue la deidad original tras el Oráculo de Delfos. Traspasó sus poderes a, según la versión, Poseidón, Apolo o Temis. Apolo es el mejor conocido como poder tras el oráculo, muy reconocido ya en tiempos de Homero, tras haber matado al hijo de Gea Pitón en ese lugar y usurpado su poder ctónico. Hera castigó a Apolo por esto enviándolo a trabajar como pastor durante nueve años con el rey Admeto.

 

 

 

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Ponto

En la mitología griega, Ponto (en griego antiguo Πόντος Póntos, ‘mar’; en latín Pontus) era un antiguo dios del mar preolímpico, hijo de Gea, la Tierra, y hermano de Urano. Hesíodo cuenta que Gea engendró a Ponto por sí misma, sin emparejarse.1 Para él, Ponto parece poco más que una personificación del mar. Higino afirmaba que fue hijo de Gea con Éter, el Aire.2
Fue padre con Gea de los ancianos del mar, Nereo y Taumante (el sobrecogedor ‘milagro’ del mar), de los aspectos peligrosos del mar, Forcis y su esposa y hermana Ceto, y de la ‘fuerte’ diosa Euribia. Con Talasa (cuyo nombre significa simplemente ‘mar’, pero en una raíz pre-griega), fue padre de los Telquines.
Compárese con el titán del mar Océano, cuya presencia era más vívida entre los helenos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Japeto

Japeto

En la mitología griega, Jápeto (en griego antiguo Ίαπετός Iapetós), era un titán hijo de Urano y Gea. Fue padre de Atlas, Prometeo (a través de quien sería ancestro de la raza humana), Epimeteo y Menecio, a quien Zeus mataría en la Titanomaquia. Sus descendientes son a menudo llamados por las formas patronímicas Japétidas o Japetónidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Febe

En la mitología griega, Febe (en griego antiguo Φοιβη Phoebē, ‘brillo’ del intelecto), la de la corona de oro, era una de las Titánides originales, los hijos gigantes de Urano y Gea. Febe acudió al lecho de Ceo y de él concibió a Leto y a Asteria. Recibió el control del oráculo de Delfos de Temis, de acuerdo con algunas pocas fuentes, y posteriormente se lo daría a Apolo.
También se aplicaba su nombre como epíteto a Artemisa en su papel de diosa de la luna, que se consideraba femenina

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Cronos

En la mitología griega, Crono (en griego antiguo Κρόνος Krónos, transliterado también Cronus y Kronos)1 era el líder y —en algunos mitos— el más joven de la primera generación de Titanes, descendientes divinos de Gea, la tierra, y Urano, el cielo. Crono derrocó a su padre y gobernó durante la mitológica edad dorada, hasta que fue derrocado por sus propios hijos, Zeus, Hades y Poseidón, y encerrado en el Tártaro2 o enviado a gobernar el paraíso de los Campos Elíseos.3
Se le solía representar con una hoz o guadaña, que usó como arma para castrar y destronar a su padre, Urano. En Atenas se celebraba el duodécimo día de cada mes (Hekatombaion) una fiesta llamada Cronia en honor a Crono para celebrar la cosecha, sugiriendo que, como resultado de su relación con la virtuosa edad dorada, seguí presidiendo como patrón de la cosecha. Crono también fue identificado en la antigüedad clásica con el dios romano Saturno.