Son muchas las razones por las que un hombre puede carecer de barba. En algunos casos se debe a la falta de testosterona, que hace que el hombre se vea con un aspecto algo aniñado y en su cara no salga pelo o lo haga de manera irregular y poco atractiva.
En estos casos, lo normal es que quieran someterse a un transplante de pelo para transformar su imagen y poder verse mucho más masculinos y atractivos para las mujeres, a las cuales no suele atraerles un hombre barbilampiño.
En otros casos, el problema es todavía peor, ya que el motivo por el que el pelo no sale es que hay cicatrices en la cara de mayor o menor tamaño. Un ejemplo son las quemaduras. Al dejarse barba, es posible tapar estas cicatrices y lograr que el aspecto de la cara sea mucho más normal.
Los factores de carácter hereditario también pueden influir en que un hombre tenga más o menos barba. Pero ahora, ni siquiera la herencia genética tiene la última palabra ya que el hombre puede someterse a los injertos capilares en el rostro y cambiar así lo que el destino le había reservado.
¿De dónde sale el pelo para la barba?
El pelo de la cabeza y el pelo de la barba son mucho más parecidos de lo que pueda parecer a primera vista. Hay que tener en cuenta que cuando se afeitan, los hombres cortan el pelo haciendo que sea la parte más gruesa la que queda a ras de piel. Al crecer, aunque el pelo sea exactamente el mismo, visualmente parecerá más grueso y más fuerte y por ese motivo puede parecer diferente al pelo de la cabeza.
Por tanto, el pelo para los injertos de barba sale de la propia cabeza del paciente, algo sencillo de hacer ya que solo requiere de algunos pinchazos.
Cuando se injerta el cabello en la cara se debe de tener en cuenta que la forma de la barba quede bonita y que no queden zonas con más pelos que otras. La uniformidad y el dibujo de la barba son fundamentales para que el hombre pueda tener el aspecto que desea.
Es importante hacerse un diagnóstico totalmente personalizado para decidir cómo realizar el injerto en cada caso y también para decidir la forma que se le quiere dar a la barba, de modo que el hombre quede totalmente satisfecho.