Capilla del Cerro Santa Ana

Historia

La capilla está consagrada a la Virgen de la Merced. Esta Orden, fundada hacia 1.200  para guardar los caminos de Tierra Santa, tenía un doble carácter: militar y sacerdotal. La Orden Mercedaria llega a Guayaquil hacia el año de 1548.

El 23 de septiembre del 2002, con motivo de la fiesta de la Virgen de la Merced, el Cabildo Guayaquileño realizó la ceremonia de inauguración de la capilla, como parte del proyecto de regeneración del cerro Santa Ana. En la ceremonia, el párroco de la Merced, Agustín Alcázar, renovó los votos consagratorios de la capilla a la Virgen de la Merced, como patrona del Litoral y de las Fuerzas Armadas y recibió la llave de la Capilla, según lo reseña Diario El Universo, el 24 de septiembre del 2002.

Atractivos

Forma parte de un conjunto turístico compuesto por el Faro, el Mirador y el Museo Naval. Su diseño evoca la antigua capilla que existió en tiempos coloniales. En su  pórtico se observan dos columnas salomónicas, y en su  interior se encuentran hermosos vitrales que ilustran las escenas de la Pasión de Cristo.

En los vitrales orientales  se aprecia uno dedicado a Santa Cecilia, como protectora de la música; y otro con la imagen de un velero, para rememorar los barcos que se construyeron en los astilleros guayaquileños. En la parte posterior de la capilla se aprecia la espada de Santiago el Mayor, Patrono de la ciudad.
Su diseño responde a una mezcla de estilos utilizándose  materiales autóctonos del litoral como el chanul, una madera típica de la región que por su dureza resiste las plagas y la humedad.

En la parte posterior, se aprecia la espada de Santiago Mayor, patrono de la ciudad.

En la parte interior tiene cuadros antiguos que hacen referencia a la crucifixión y muerte de Jesucristo. Además, hay diecinueve vitrales diseñados por los artistas ecuatorianos Luis Narea y Patricio León. Catorce, que representan el calvario de  la pasión y crucifixión de Jesucristo y los otros cinco: a los galeones (veleros) que rememoran la tradición marítima de la ciudad, a la Virgen María y su hijo, a la leyenda popular de Nuestra Señora de Santa Ana, patrona del lugar y a Santa Cecilia, patrona de la música.

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