PELUCHES VIVOS

Mascotas y más…

LA HISTORIA DE MINE

marzo20

Un día vi una perrita que merodeaba el barrio, se acostaba a dormir en la vereda del frente de mi casa. Era negrita con su pechito blanco y sus patitas blancas, se veía triste y a veces se me acercaba como pidiendo ayuda, pensaba que debía tener dueño. Pero después de mucho preguntar a los vecinos, me di cuenta que había sido abandonada o se había extraviado.

Decidí llamar a una fundación que para aquel entonces no tenía su refugio tan poblado, me dijeron que la recogerían en 2 días. Algunas vecinas del sector le daban comida, pero lo que más le gustaba era el pan. Para evitar que se fuera y en 2 días la fundación animal no la encontrara, decidí mantenerla en mi garaje. Para que me siguiera le puse unos pedacitos pan haciendo un caminito con los pedazos hasta mi casa. Ella fue acercándose comiendo cada pedazo, al igual que ET comía los chocolates M&M que Elliot le dejaba para que se acercara.

Una de las vecinas dijo que conocía a alguien que quería una perrita, por lo que llamé a la fundación para que no la fuera a recoger, pues ya iba a tener dueña. La señora conocida de mi vecina se la llevó, pero al día siguiente la devolvió dejándola al frente de mi casa, ni siquiera timbró para decir que ya no la quería, después me enteré que la «negrita» se había portado un poco agresiva con estas personas. Llamé a la fundación diciendo que otra vez la perrita estaba en mi casa y que la fueran a recoger. Al día siguiente apareció una nueva dueña para esta perrita, así que tuve que llamar a la fundación para decirles que ya no fueran. Una señora, conocida de otra vecina fue a recogerla con su familia, nada agradable me pareció que para llevársela la metieron nada más y nada menos que en la cajuela del carro, los detuve antes de que siguieran y les dije que no estaba bien que la pusieran allí pues se podía ahogar de calor.

Una de mis vecinas y yo no podíamos olvidar a la negrita. Decidimos ir a visitarla al cabo de una semana, y no nos agradó el cuadro que vimos. Estaba colmada de garrapatas y garrapatillas, estaba sucia pues dormía en un garaje que usaban como vulcanizadora, tenía grasa de carros en su pelo y se la veía delgada. Yo les había dado a estas personas un cojín para que durmiera, pero estaba más que sucio. Mi amiga y yo partimos muy tristes. Transcurridas 2 semanas, volvieron los «dueños» de la negrita, la dejaron en mi casa diciendo que no les gustaba mucho la perrita pues a veces se ponía en actitud agresiva con los que visitaban la casa y yo no me explicaba por qué cuando yo la tenía era de lo más mansa. También me dijeron que estaba preñada y que no querían atender un parto ni los cachorros.

Llamé a la fundación por tercera vez y les dije que la negrita esta de nuevo en mi casa y que estaba preñada, pregunté si sería bueno para ella ir al refugio de la fundación en esas condiciones, me dijeron que ellos la podían atender, pero que no era bueno para ella ni los cachorros, pues el ir de aquí para allá los estresaba. Decidí quedarme con la negrita hasta que pariera, lo cual sucedió después de unos 3 días. Mine, nombre que le puso un vecino como contracción de MiNegra, entró en labor de parto un 26 de abril de 2011, eran como las 5:30 pm, parió un cachorro, que nació muertito, ella se lo comió, después supimos que las perras suelen hacer eso cuando el cachorro nace muerto. La segunda cachorra se demoró en nacer, ya eran las 7 pm y Mine no podía parir, daba vueltas, se agachaba y nada, preocupados, llamamos a la doctora veterinaria que estaba más cerca, fue enseguida y diagnosticó que la cachorra estaba atravesada, metió su mano tratando de acomodarla, luego insertó pinzas y logró acomodarla, nada. Mine no podía parir. La doctora decidió que tenía que llevarla de urgencia a quirófano, de lo contrario, moriría ella y los cachorros. A los pocos segundos Mine se agachó en un segmento del garaje donde hay tierra y al fin nació Bella, a la que en ese momento le pusimos el nombre de Mine Jr. pues no pensaba quedarme con Mine mamá para siempre, como había sido parida en la tierra, la doctora la bañó rápidamente en donde encontró agua, la llave de afuera de mi casa, la cachorrita estaba helada pues era verano y de noche, la doctora me recomendó ponerla debajo de mi blusa, cerca de mi pecho para darle calor. Luego empezaron a nacer uno a uno los demás cachorros, Brownie, por ser café, Oreo, por ser negro con blanco, Candy, por ser una cachorrita muy dulce, Brandy por ser rubio y Chiqui por ser el último, él nació a las 2 am., negrito igual que su madre, con su pechito y patitas blancos, al igual que Candy. Todas mis vecinas amigas estaban en mi garaje, recibiendo uno a uno a los cachorros, poniéndolos en su pecho para darles calor. Mi vecina que más quiere a los animales se quedó hasta que el último nació, habiendo sido aleccionada por la veterinaria sobre como cortar el cordón y como amarrarle un hilito a este para que no sangre. Mine era obviamente primeriza y un poco lenta para lamer al cachorro y sacarlo así de la bolsa. Todo eso le enseñó la doctora a mi amiga, pues yo era muy floja para querer experimentar, la doctora se fue a las 12 de la noche, 2 horas antes de que naciera Chiqui.

Leí que los cachorros deben quedarse con su madre hasta cumplir los 2 meses pues en ese período aprenden de su madre cómo ser perritos. Publiqué en línea y en el periódico que tenía cachorritos en adopción, que podían comprarlos por un precio simbólico de $10 por el costo de las vacunas, pero que en realidad yo no quería que publicarlos con las palabras «regalo cachorros», pues pensé que lo que la gente no paga no lo aprecia. Cuidar de los cachorros fue un trabajo de casi 24 horas. Hasta en la madrugada me levantaba cuando los oía llorar de hambre, pues a Mine se le terminaba la leche, les preparaba Enfamil. Al ir creciendo les ponía migajas de pan en la leche. Luego les empecé a dar croquetas de cachorro. Tan solo nos veían y se emocionaban al vernos. Fue triste despedirnos de cada uno. Pero les seguí la pista luego de su partida para asegurarme de que estaba bien atendidos en sus nuevos hogares. Bella no tenía dueño todavía, varias personas fueron a verla y querían adoptarla, pero después de entrevistarlos y ver que esas personas no cumplían los requisitos que yo había puesto para su adopción no la dejaba ir. Por último terminé encariñándome con Bella y con Mine, y así se quedaron conmigo. Mine estaba muy delgada después del parto, casi esquelética, la alimenté con sopa y croquetas de perro, vitaminas especiales para cuando una hembra pare, refuerzos de calcio y vitamina C, complejo B. Al poco ya estaba robusta y hermosa, fue una buena mamá, cuido con esmero a sus cachorros. Bella siguió con ella y hasta los 9 meses dormía junto a ella en la misma camita, hasta que ya no cabían juntas. Pero siempre se quisieron como madre e hija, hasta su partida cuando Bella tenía  2 años y medio, ella siempre se saludaban con beso al levantarse en la mañana, siempre jugaban juntas.

Mine sí resultó agresiva con los extraños y con personas que a ella, por alguna razón no le gustaban. Pero siempre fue el ser más manso del planeta conmigo y con las vecinas que ayudaron en su rescate. Tenía muchos miedos, por lo que asumí que había sufrido maltrato, por ejemplo se agachaba con miedo cuando se acercaba con una escoba a barrer cerca de ella. Tenía pánico a los carros y motos, eso me llevó a la conclusión de que sufrió un accidente. Era ciega del ojo derecho y sus patitas traseras no eran lo suficientemente firmes cuando saltaba. Al poco de adoptarla nos dimos cuenta de que algo malo pasaba con Mine, le daban ataques epilépticos, que según los médicos fue algún golpe recibido en su cabecita. Cada año sus ataques aumentaban, a pesar de mis esfuerzos en darle sus medicinas y tratar de que esté lo más tranquila posible, sus ataques se hicieron más seguidos, hasta que un lamentable 19 de octubre de 2013 sufrió 4 ataques por lo que tomé la decisión de que sería lo mejor dormirla en la muerte. Hasta ahora lamento su partida. Jamás olvidaré a mi Mine, vivirá siempre en mis recuerdos.

Mine y Bella

Mine y Bella

POR QUÉ ADOPTAR UN PERRO

marzo20

Porque así no apoyamos la cría desmedida de perros. Los que tienen criaderos no dejan descansar a la hembra entre partos, salen preñadas cada celo, es decir, 2 veces al año. Esto desgasta su útero y resulta en una vida más corta.

Los perros adoptados quieren más al amo? Sí. Comprobado, son más fieles y quieren más que un perro que se cría con nosotros desde cachorros. Son agradecidos de por vida.

Viven más? En promedio sí. Una vez recuperados tendrán mejor salud. Han adquirido defensas en el tiempo que anduvieron en la calle. Se enfermerán menos y vivirán más. Por lo general son mestizos, una mezcla de razas. Un perro mestizo recoge en su ADN todos las fortalezas de las razas de las que proviene. Por lo tanto vive más.

En el Ecuador no existe un plan de gobierno de rescate animal. Las fundaciones no son apoyadas por el gobierno, necesitan de la colaboración del público. Palabras textuales de un miembro de Fundación TEA, cuando la llamé para que recoja un perrito que ví por mi barrio al que le daban comida pero no cuidado médico, me dijo: «Haz una colecta para que le den ayuda veterinaria, es deber de todo ciudadano ayudar a los animales de la calle, nuestro refugio está lleno y no tenemos ayuda del gobierno».

 

Mis amos me abandonaron :(

Mis amos me abandonaron 🙁

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