Continuando el recorrido por las transitadas calles de Guayaquil, resulta imposible resistirse al aroma de un sánduche de chancho, un pastel de carne, chorizo o pollo, una empanada, un chuzo (pincho de embutidos), un maduro asado con queso, un prensado de menta o tamarindo, un helado artesanal, un jugo de frutas, una chicha resbaladera o un morocho caliente. Así es la Perla del Pacífico que aun mantiene vivas sus tradiciones, entre ellas su deliciosa gastronomía.
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