¿Estás esperando un nuevo miembro para tu familia y quieres tenerlo todo preparado? ¿Dudas sobre cuál es el mejor colchón de cuna para tu futuro hijo o hija? Ante la gran variedad de colchones disponibles actualmente es normal que se planteen ciertas dudas. Cuando llega el momento de comprar uno para nuestro bebé es importante que lo analicemos con detenimiento, vamos a comentar cinco consejos que te ayudarán en el proceso de selección.
Evita los gases peligrosos
La seguridad es lo primero. Debemos tener en cuenta que nuestro bebé pasará una gran parte del día durmiendo, por ello hay que ser especialmente cuidadosos con los materiales que va a tener cerca. Buscar la certificación Oeko-Tex Standar 100 nos dará la tranquilidad de saber que el colchón está libre de cualquier agente tóxico o dañino para la salud.
Busca una buena transpirabilidad
Se deben evitar los colchones con tejidos plásticos no transpirables ya que pueden dificultar la respiración del bebé y la transpirabilidad natural. Es recomendable buscar materiales pensados especialmente para bebés que ofrezcan una buena ventilación y sean transpirables, de esta forma dormir será mucho más cómodo para nuestro hijo o hija. Además, los materiales transpirables regulan mejor la temperatura, evitando que pasen calor en verano.
La funda desenfundable, el complemento perfecto
Debemos asumir que el colchón se impregnará, en muchas ocasiones, de sudor, vómitos o cualquier otra sustancia. Una funda protectora desenfundable es un complemento realmente práctico que hará mucho más sencilla la tarea de quitarla y lavarla cuando sea necesario.
La firmeza es muy importante para el desarrollo del bebé
La firmeza del colchón de cuna es un factor importante a tener en cuenta, ya que favorece el descanso del bebé, minimiza el riesgo de malformaciones y favorece su correcto desarrollo. El colchón debe amoldarse al cuerpo del pequeño, pero no en exceso.
Revisa las medidas
Por último, si ya tienes la cuna recuerda tener en cuenta las medidas. El colchón debe quedar ajustado y no dejar mucho espacio para evitar que se pueda encajar alguna parte del cuerpo del bebé. La holgura debe ser la suficiente para poner las sábanas pero sin excederse para evitar problemas.
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