A toda máquina

A toda máquina: (A toda mecha/pastilla||A todo gas/meter||A medio gas) [ir] A toda velocidad Con gran actividad. Venga, entra en el coche y vámonos de aquí a toda máquina, antes de que empiece a salir la gente del estadio y se forme el gran atasco. La locución procede del lenguaje marinero. Es la orden que el capitán envía a la sala de máquinas para que se aumente la velocidad del barco. O por lo menos, así se hacía cuando los barcos funcionaban a vapor (v. A revientacalderas). Antes, cuando todo dependía de los vientos y de las velas para ir más rápido se navegaba A todo trapo (v.) y hoy la orden se escribe y se recibe en una pantalla, el capitán es prácticamente virtual y el piloto es automático… En A toda mecha posiblemente se aluda a la velocidad con la que se consume la mecha de un explosivo (v. Como un reguero de pólvora). A toda pastilla es expresión originada en el lenguaje juvenil y que generalmente se relaciona con las pastillas del freno, cuando, en realidad, si así fuera deberíamos decir algo así como *A poca pastilla. La relación podría encontrarse si pensamos en los frenazos bruscos de quien circula a gran velocidad. ¿Interpretar pastilla en su primera acepción, ‘píldora’, y pensar en el comportamiento acelerado o de quien ha ingerido alguna sustancia que le haya provocado hiperactividad sería muy descabellado?… El gas es la gasolina, el combustible, especialmente en el argot de los pilotos de coches y de motos, que llaman abrir o dar gas al hecho de acelerar para que entre más gasolina en el carburador y que, en consecuencia, aumente la velocidad. Ir a todo gas sería, por tanto, acelerar al máximo, meter, empujar al máximo el acelerador o el mecanismo que aumenta la velocidad de un vehículo: A todo meter. A medio gas sería, pues, lo contrario, controlar o regular la fuerza o el impulso, o no dar algo o alguien de sí todo lo que puede. En vacaciones la empresa no cierra pero trabajamos a medio gas.

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