Bajar/subir el pistón/el diapasón

Bajar/subir el pistón/el diapasón: Disminuir la intensidad de una acción o de un trabajo. Voy a tener que bajar el pistón, porque este ritmo de trabajo no se puede soportar mucho tiempo más. El pistón es un cilindro móvil que tienen algunas máquinas, en especial los motores llamados «de explosión» —el de los coches, por ejemplo— y que funciona como un émbolo: sube y baja alternativamente para dejar que entre o salga un fluido —el combustible—: cuando sube el pistón, entra la mezcla de combustible y aire y se genera mayor potencia; si baja, sucede todo lo contrario. También se llama pistón a cada una de las llaves de algunos instrumentos de viento. Cuando estos pistones se pisan con los dedos se regulan los tonos que produce el instrumento. Si hablamos de bajar el diapasón nos referimos también a lo dicho anteriormente, pero la frase se usa además para hablar de la necesidad de bajar el tono de voz o la intensidad de un debate o de una discusión. Oye, baja el diapasón y habla con un tono normal, que el tema tampoco merece tanto acaloramiento. A ver si hablando de fútbol vamos a acabar a voces. El diapasón es un aparato que se usa para regular el tono de las voces y de los instrumentos musicales. Es una lámina de acero doblada en forma de horquilla que cuando se hace sonar da un la, sexta nota de la escala musical, establecido en 435 vibraciones por segundo. Ambas expresiones se usan sobre todo con el verbo subir. V. Perder el compás.

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