Brillar algo o alguien por su ausencia

Brillar algo o alguien por su ausencia: Expresión irónica que se utiliza para indicar que algo o alguien destaca, precisamente, porque no está. En esta fiesta las chicas guapas brillan por su ausencia. Tácito (55-120), ilustre historiador romano, emplea la frase en el capítulo 76 del libro III de sus Anales, cuando habla de que en el entierro de Junia, una dama romana de alta alcurnia, los personajes más destacados fueron, por su ausencia, Casio y Bruto: «Praefulgebant Cassius, atque Brutus, eo ipso, quod effigies eorum non visebantur». Y es que estos dos habían sido hallados culpables del asesinato de Julio César, ocurrido en el senado los idus (el 15) de marzo del año 44 a. C. (V. Guárdate de los idus de marzo). Según algunos, se habían suicidado; según otros, habían sido ejecutados por Octavio Augusto. El caso es que en tal funeral no estuvieron presentes, ni tampoco sus imágenes, como era usanza, pues estaba prohibido que los condenados por algún crimen o los enemigos de la patria no pudieran comparecer, ni siquiera en efigie, en los funerales. A finales del siglo XIV un poeta florentino glosaba las fiestas que se celebraron en Roma con motivo del regreso de Aviñón del papa Gregorio XI. Hablando de la ausencia de Santa Catalina de Siena, principal impulsora de la reconciliación entre la Santa Sede y la república de Florencia, decía: «Una sola persona faltaba, que, pese a no estar allí, resplandecía». El episodio y la frase de Tácito fueron recogidos por el escritor francés—hombre, aunque por su nombre no lo parezca—Marie-Joseph Chénier (1764-1811) en su drama Tiberio, de gran éxito en su época.

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