¡A cagar/mear a la vía (, que está fría)!

¡A cagar/mear a la vía (, que está fría)! Como en Mandar a alguien a cagar (v.), estamos ante una manera más bien «poco fina» de mostrar desacuerdo con alguien, o de «invitarle» a que se calle, a que deje de molestar o a que se vaya de algún lugar y, a ser posible, lejos, pues las vías del ferrocarril solían estar alejadas de las ciudades. ¡Hala! ¡A cagar a la vía! Estoy harto ya de escuchar bobadas, o sea que, o te callas o te vas de mi casa. Se suele dar como más certera esta primera versión, ya que la segunda no tiene otra explicación, como tantas otras veces en la lengua coloquial, que la perniciosa fuerza de la rima consonante. A veces se dice, como eufemismo, ¡A silbar a la vía!

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