A dedo: [elegir; nombrar; designar] Por decisión personal, normalmente arbitraria e injusta. Se trata del clásico «enchufe». Al secretario general lo ha elegido a dedo el presidente, que, curiosamente, es su cuñado. Quien elige así a una persona da la impresión de señalarla con el dedo índice, ejerciendo el mando y teniendo a los demás sometidos a sus decisiones y a su voluntad. Curiosamente, la lengua coloquial ha generado un término brillante que resume, con un fantástico juego de palabras, esta prepotente actitud: «dedocracia».