A la virulé: Desordenadamente. Todo lo haces a la virulé, sin pensar, y, claro, así te salen las cosas. Con daño. En mal estado. En este sentido se usa mucho cuando alguien sufre un golpe en un ojo: decimos que tiene o que le han puesto un ojo a la virulé (v. Tener un ojo a la funerala). La locución parece haberse originado en una deformación de la francesa bas roulé, ‘baja y enrollada’ que se usaba para referirse a una forma, surgida en el siglo XVII, de llevar las medias, sobre todo los hombres, muy elegante para los franceses y muy estrafalaria para los españoles: un poco por encima de las rodillas y enrolladas. Seguramente la expresión llegó a nuestra lengua, convertida en barulé, en el mismo siglo XVII, época en la que la nobleza y las clases altas adoptan formas de vestir y de comportarse propias de la corte francesa.