A la vuelta lo venden tinto: Usamos esta expresión para rechazar las palabras o la actitud de una persona o como señal de desacuerdo o de desprecio ante alguien. Anda, que a la vuelta lo venden tinto. Sal de aquí, que no quiero discutir más contigo. La locución parece haberse originado en una anécdota protagonizada en Écija (Sevilla) por el famoso torero José Ortega, Joselito (1895- 1920), y por un personaje muy popular en la localidad sevillana, al que se conocía por el mote de el Bizco Pardal. Al parecer, el torero mandó a éste a hacer unas compras, para lo que le dio una cantidad de dinero. El Bizco Pardal realizó el encargo, pero se hizo el tonto para no devolver el dinero. Joselito le pidió la vuelta, a lo que el otro contestó: «¿La vuelta?… A la vuelta lo venden tinto». La anécdota corrió pareja a la popularidad del diestro y llegó hasta nuestros días.