Al maestro, cuchillada

Al maestro, cuchillada: (Obra hecha, maestro al pozo) Se usa este dicho cuando quien se considera más hábil o más experto en algo resulta perjudicado o engañado precisamente en aquello que, supuestamente, controla o domina. Fíjate. Es el inspector jefe de policía y este fin de semana le han desvalijado la casa: al maestro, cuchillada. También se usa como forma de referirse a los desagradecidos. Toda la vida ayudándolo, teniendo un montón de atenciones con él y ahora no sólo no se acuerda de mí, sino que encima me desprecia. Al maestro, cuchillada. Para explicar el origen tenemos que pensar seguramente en los maestros de esgrima o en los espadachines reputados, que, pese a su destreza, también resultaban heridos durante las prácticas por sus alumnos —a veces a propósito— o en los combates.

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