Armar(se)/preparar(se)/organizar(se)/formar(se)/montar(se) la de Dios es Cristo

Armar(se)/preparar(se)/organizar(se)/formar(se)/montar(se) la de Dios es Cristo: (La de Dios||Armar(se) un cristo) Se emplea también sólo en su primera parte: armarse la de Dios o incluso en su segunda: armarse un cristo. Organizarse un gran escándalo, riña o pelea. Habían vendido más entradas de las que permitía el aforo y, claro, en la puerta del teatro se armó la de Dios. La locución tiene su origen en la polémica surgida durante el primer concilio de Nicea, en el año 325, en el que se debatió la naturaleza humana de Jesucristo: ¿Cristo es sólo hombre o es también Dios? Partidarios de cada una de las teorías se enfrentaron duramente y los obispos, que se negaron a reconocer la naturaleza humana de Cristo, fueron desterrados y excomulgados, entre ellos Arrio, fundador del arrianismo, que era la religión de los visigodos que llegaron a España. Un dato curioso que ha de destacarse es que del concilio de Nicea nació el Credo.

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