Armar(se)/preparar(se)/organizar(se)/formar(se)/montar(se) un/el pollo

Armar(se)/preparar(se)/organizar(se)/formar(se)/montar(se) un/el pollo: La frase, surgida hace relativamente poco en el lenguaje juvenil, nos lleva por el mismo camino que las precedentes, ‘organizarse un escándalo, jaleo o confusión’. El diestro se negó a matar al toro y allí se montó un pollo impresionante. La gente empezó a tirar almohadillas, latas… Y el tío sin inmutarse. Tuvo que sacarlo la policía con los escudos. El porqué de la frase realmente se nos escapa. Es posible que esté relacionada con la expresión, en boga durante el siglo XIX y usada en numerosas zarzuelas y comedias de costumbres, hoy en desuso, pollo pera, con la que se designaba a alguien excesivamente presumido y, por lo general, bastante vago. Se denominaba pera a la renta o a un trabajo lucrativo y cómodo que producía dinero «caído de los árboles», como las peras. Tal vez pueda asociarse el comportamiento de estos individuos de vida fácil y pendenciera con el sentido de la expresión que explicamos, pero resulta un tanto traído por los pelos. El hecho de que palabras, locuciones y frases en desuso se rescaten en la jerga juvenil no es nada extraño en la lengua coloquial: V. ¡Salut i força al canut!|| Ser hortera.

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