Bien está/se está san Pedro en Roma: Con esta frase damos a entender que nos encontramos bien dónde estamos y que no queremos cambiar aunque nos ofrezcan supuestas mejoras o comodidades. El dicho resulta prácticamente sinónimo de una conocida certidumbre popular: más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Yo a mis años ya no me muevo de aquí. Tengo mi trabajo, mi casa, mi familia. Por mucho que me ofrezcan, no cambio. Bien está san Pedro en Roma. Evidentemente, san Pedro, hablemos del santo o de la basílica, no puede estar en otro lugar. Sería inconcebible. La frase existió, y a veces aún se oye, con una coletilla: «Bien está san Pedro en Roma, si no le quitan la corona», que es la variante que recoge Gonzalo Correas en su Vocabulario de refranes, publicado en 1627. Otros «apéndices» son: … aunque no coma; … y el cagajón en su boca; … y san Alfonso en Zamora. El toledano Sebastián de Horozco (1510?-1580) explica perfectamente el dicho en sus Refranes glosados con esta redondilla: «Bien se está san Pedro en Roma, y aunque pierda lo servido, donde el hombre es conocido, no le falta pan que coma».