Caer chuzos de punta: Con el auge de los llamados porteros automáticos y de los guardias de seguridad, han desaparecido por completo de nuestras calles los entrañables serenos, siempre prontos y dispuestos para acudir a la llamada del trasnochador. Llevaban los serenos gorrilla de plato y botones dorados, el manojo de llaves en una mano y una especie de bastón con la punta metálica que sacaba chispas de los adoquines cuando los golpeaba ruidosamente: el chuzo. Por cierto, esta curiosa palabra parece una deformación del gentilicio suizo, pues, al parecer, antiguamente los soldados suizos usaban como arma un palo con un pincho o con una cuchilla. Decimos que caen chuzos de punta cuando llueve mucho, muchísimo, cuando cae esa lluvia ruidosa y dura, casi sólida, dura y puntiaguda como chuzos. No salgas a la calle ahora que están cayendo chuzos de punta.