Caérsele a alguien el alma a los pies: Con esta tristísima y significativa frase se sugiere una profunda decepción, disgusto o malestar ante algo, acompañado todo ello de un anulamiento de la capacidad de reacción de la persona. El alma parece tomar forma y desprenderse, descarnada y dolorosamente del cuerpo. Vi a ese pobre niño, medio desnudo, pidiendo limosna y se me cayó el alma a los pies.