¡Cágate, lorito!: Con esta curiosa expresión, cuyo orígen seguramente esté en algún chiste o chascarrillo, se muestra extrañeza, sorpresa o asombro ante algo. No tienen un duro, están hasta el cuello de deudas, andan pegandos sablazos a todo el mundo, y ahora se compran un coche que vale ochenta mil euros… ¡Cágate, lorito!