Calentársele/calentarle a alguien los cascos (Calentarle a alguien la cabeza): Enfadarse, y además de manera violenta y perdiendo el control. Tú dile a todo que sí.
No le lleves la contraria, porque enseguida se le calientan los cascos y puede llegar a ponerse violento. Los cascos no son otra cosa que la cabeza o, mejor dicho, el entendimiento, la mente, en frases como la anterior o como Levantarse de cascos (v.) o Romperse los cascos (v.).
Los verbos calentar(se) o quemar( se) se usan frecuentemente en la lengua coloquial con los significados de ‘molestar’ o ‘enfadarse’.
Casco se usó en castellano para aludir al cráneo, acepción que permanece en el casco militar, como reflejo metafórico del significado principal de ‘pedazo de vasija o de teja rota’, derivado de cascar, y también posible origen de los cascos de las caballerías.
El cráneo, como la vasija, no sería otra cosa que la unión de varias piezas, de varios cascos. Es la misma identificación que aparece en testa-tiesto.