Madre Teresa de Calcuta

Madre Teresa de Calcuta

Creo DIOS al ser humano, hombre y mujer los creó. (Gén. 1, 27)

Para hablar sobre este tema, tomaremos un libro por excelencia único, la Santa Biblia, y es muy formal en decir con sus letras: “Si DIOS ha formado del hombre a la mujer, el hombre nace de la mujer, y ambos vienen de DIOS” (Cor 1, 11, 12).

La dignidad que posee la mujer no se la da el hombre, ella recibe esta dignidad directamente de DIOS, cuando EL le concede la vida. Antes de situarse frente al hombre como compañera y ayuda, se relaciona con DIOS, y así no será tentada de idolatrar a hombre alguno, porque sabe que sólo a DIOS se le debe culto de adoración.

Desde un principio, hombre y mujer están unidos no sólo en la esfera privada del matrimonio, sino que en todos los aspectos privados de la vida. A los dos juntos. DIOS les ha encomendado el cuidado de la tierra: “Llenen la tierra y sométanla” (Gén 1, 28).

Si los dos son iguales en dignidad, no dejan de ser muy distintos. DIOS, creando a Adán del polvo de la tierra, nos indica, en forma simbólica, que el hombre esta muy relacionado con las fuerzas brutas de la creación.

En cuanto a Eva, DIOS la sacó de un costado de Adán, para significar que ella es más humana. No ha sido sacada de la cabeza del hombre, para que sea más inteligente, ni de la mano, para que sea más fuerte, sino del costado, donde está el corazón. La mujer ha sido creada para amar.

El hombre necesita de la envoltura de cariño y de ternura que sólo la mujer le puede dar. Se conocen los traumas del que no ha conocido el cariño materno; es necesaria la mano de la mamá que consuela, la palabra de la hija que alienta, la comprensión de la hermana, la ternura fiel de la esposa.

La mujer da a cada ser humano un rostro y un nombre. Un día se le preguntaba a Sor Teresa de Calcuta qué hacía ella con lo pobres, a lo que respondió: “Yo no conozco a los pobres; conozco a Roberto, Antonio, Luisa,…”.

Si para atraer la atención entra en el juego de la seducción, se rebaja a un nivel de mujer-objeto, y traiciona su vocación. La mujer, por naturaleza, y más que el hombre, está sedienta de amor, tanto para darlo como para recibirlo.

De tal manera está impresa en su naturaleza el amar, que cuando San Pablo habla a los esposos en la carta a los Efesios 5, 25 dice: “Esposos amen a sus mujeres”, pero no dice a las mujeres: amen a sus maridos, ya que esto es obvio, es natural; el corazón de la mujer es un abismo que solamente se llena con amor.

Puede dialogar con una mujer sobre la siguiente pregunta: ¿Puede una mujer dejar de amar?

1 comentario on El hombre y mujer, unidos en igualdad de origen y de destino

  1. angela dice:

    su blog esta vacan

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