Muchas personas se suman a diario al estilo de vida saludable, una de las actividades físicas más practicadas para alcanzar un nivel de salud idóneo, tonificar, reafirmar, ayudar a la oxigenación muscular y cerebral, es el correr o caminar, pero debemos considerar varios factores antes de iniciar nuestra rutina como corredores activos, ya que si no nos protegemos podemos sufrir daños innecesarios.
Lo principal es la vestimenta, ropa cómoda y deportiva que nos permita realizar un estiramiento adecuado y mantener una correcta circulación vascular mientras corremos, protector solar para evitar la insolación, líquido para mantenernos hidratados, algún dulce o golosina en caso de descompensación y por supuesto un calzado adecuado para la actividad, no solo por comodidad.
Sino por la ergonomía del calzado, esta debe proporcionar una estabilidad propicia que permita mantener una postura adecuada, alinear la columna y evitar cualquier daño posible como un esguince muscular, falseamiento de tobillo o similar.
Aunque muchas personas no prestan importancia a esto, los efectos se pueden percibir con el tiempo, dolores desconocidos, molestias en la espalda, calambres, mala circulación y otros, culpamos a la edad pero olvidamos cuando salíamos a correr con zapatillas planas y para nada ergonómicas, incluso caminar a diario con un calzado deficiente e inapropiado causara los mismos efectos a futuro.