Hoy muchos años después de que todo esto sucediera, me atrevo a relatar las cosas maravillosas que he vivido. Ojala les sirva de inspiración a muchos o les hará reflexionar acerca de muchas cosas, porque estoy muy seguro que se identificarán con todas aquellas situaciones que relataré a continuación. Pero mi inspiración mayor es relatar como llegue a conocer al ser más lindo del planeta, su nombre ahora no importa, seguramente algunos después de leer estos capítulos de mi vida, seguro adivinarán su nombre.

Voy a empezar contándoles mi vida. Todo empezó un día, el primer día de 2º curso, o esperaba que todo fuese igual que todos los años anteriores: buenas notas, ganar un premio al mérito, ser un buen estudiante y los mismos compañeros que me había acompañado desde la primaria. A algunos de ustedes esto les debe parecer asombroso y perfecto y a otros un poco aburrido porque el estudio no es lo suyo; pero sin embargo para mí era lo más genial del mundo. Y para ser sincero mi vida no era tan llena de fiestas que digamos, porque siempre mantuve un perfil bajo en el colegio.

Recuerdo aun claramente ese primer dia, cuando aun mi joven mente divagaba y tan ávida de conocimiento, buscaba respuestas a las más grandes interrogantes, era un dia bello, despejado, el sol brillaba con una fuerza sin igual pintándolo todo de aquel amarillo sin par.

En la colegio, todos con sus uniformes relucientes, bien peinados, inspirados; era el primer día, por lo menos ese día hay que empezarlo bien ¿no lo creen así?

La atmósfera era propicia para que se den todo tipo de conversaciones, comentarios y risillas de mis estúpidos y queridos compañeros en el patio central de secundaria. Seguramente chismorreaban de sus viajes, de todo lo que habían comprado durante ellas y sobre todo de lo mucho que habían disfrutado su tiempo libre; en fin, de todo aquello que las personas superficiales y sobre todos chiquillos de esa edad podían y disfrutaban comentar…