El Carlino procede de China. Ya en el siglo II A.C. existían documentos que se referían al Carlino como miembro de la realeza, con un espacio propio en Palacio y con sus propios sirvientes. Bastante después, en el siglo V, también se ha encontrado documentación asociando al Pug con los antiguos emperadores. En cuanto a la raza, probablemente descienda de los cruces entre Pekineses y pequeños Mastines. También es probable que el Pug llegase a Europa con la Compañía Holandesa de las Indias en el siglo XVI aunque lo cierto es que desde entonces, no deja de ganar adeptos. La raza fue registrada por el Kennel Club inglés en 1883.