Encuentro Casual

Hoy te vi, caminabas hacia mí. Saludé a un amigo para disimular. Cuando te regresé a ver sonreías, estabas casi al lado mío y solo atiné a decir «hola»; respondiste con la misma palabra y seguiste tu camino sin siquiera regresar a ver.

Para ti nada ha cambiado mientras yo estoy triste por no verte. En ninguna materia coincidimos, no nos encontramos. La ilusión ya no embarga mi ser como hace un año cuando felizmente acudía a ese curso en el cual te encontraba. Ahí estabas, sentada, con tu bolso en las piernas y tu colita de caballo.

No he dejado de pensar en ti y tampoco lo quiero hacer. Es como cuando uno bebe y no sabe cuando parar, cuando dices «estoy bien, puedo tomar un vaso más». ¡Eres mi adicción!

Seguirás con tu rutina, como todos los días, mientras que yo no puedo sacarte de mi cabeza.