El humo de la taza de café

Posted by migaherr on May 8, 2016 in Sobre la personalidad, Sobre la vida |

La soledad que me caracteriza me hizo reflexionar mientras tomaba una taza de café. No soy poeta (ni pretendo serlo), pero pareciera en ciertos momentos que las cosas inertes me hablan. Sí, probablemente pensarás que estoy rayado, pero es una metáfora (aún intento aprender a hablar en metáforas, disculparán). La mente reflexiona a todo momento, y las ideas surgen en el momento menos indicado. Esta breve historia narra uno de esos momentos.

Estaba ahí, en un punto muy remoto de mi provincia, tomando un respiro y buscando estrellas.

– Nos olvidamos tanto de disfrutar la tranquilidad cuando podemos disfrutarla, que luego la andamos extrañando – me dijo una persona que pasaba por ahí.
– Lo sé – sonreí con cortesía y algo de alivio.

Bebía una taza de café a la intemperie, con el único sonido de las ranas y los grillos en la oscuridad de la noche. No buscaba nada en particular, sino simplemente vivir el momento (y no me refiero a ese YOLO que utilizan algunos para justificar el desenfreno y la idiotez). Quería congelar el tiempo.

El aroma de la taza me recordó a alguien a quien ni siquiera le gustaba el café. Tal vez sólo buscaba una excusa para recordar… Quizás sus ojos oscuros eran similares a ese tinto caliente, o el dulce del azúcar. No lo sé. Volví a sonreír como es costumbre.

Me gustan mucho los altibajos de la vida. Somos capaces de hundirnos en lo más hondo de las tristezas, o de reírnos hasta sentir dolor en la barriga. ¡Polaridad de emociones! Ese momento, en ese lugar, puedo decir que en ese instante viví un breve instante de felicidad.

Y cuando de pronto siento un rezago de tristeza, pienso igual que la canción: “Y Dios, con perdón, tiene un extraño sentido del humor”.

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