¿Crees que para tener dientes sanos, basta con cepillarte los dientes y usar hilo dental? ¡No! Es muy importante tener en cuenta varias reglas y evitar algunos hábitos diarios que pueden destruir nuestros dientes con el tiempo.
Una persona puede tener una práctica de higiene bucal impecable. Cepillas tus dientes correctamente al menos dos veces al día, usas hilo dental y vas al dentista con regularidad. Y, sin embargo, tienes problemas con su salud dental. Esto puede deberse a actividades diarias que no sabía que destruirían tu salud dental.
Come alimentos azucarados
Todos sabemos que el azúcar es malo para la salud dental. Especialmente aquellos productos que se adhieren a los dientes y permanecen allí por un período de tiempo más largo, como los caramelos de gelatina o los frutos secos. Pero pocos saben que Streptococcus Mutans es el verdadero enemigo de los dientes. Es una bacteria que se encuentra en la cavidad bucal y se alimenta del azúcar y almidón que consumimos. Esto crea un ambiente ácido que afecta el esmalte dental. Cada vez que comes dulces, usa hilo dental y retira con cuidado los restos de comida que se hayan quedado atascados entre los dientes.
Nadas regularmente en piscinas de cloro
La natación es extremadamente saludable. Lamentablemente, la práctica habitual de este deporte en piscinas de cloro puede afectar la salud de tus dientes con el tiempo. Mientras nadas en una piscina con demasiado cloro, el agua puede entrar accidentalmente en tu boca. El cloro afecta el esmalte de los dientes. Lo mejor es asegurarse de que el pH de la piscina en la que nade sea inferior a 7.
Bebes vino
Todo el mundo es consciente de que las exageraciones de cualquier tipo tienen consecuencias negativas. Esto incluye el consumo de vino. El vino tinto y especialmente el vino blanco son ácidos. Su cata implica pasear el vino por la cavidad bucal, una actividad nada beneficiosa para los dientes. El vino crea un ambiente ácido que ya hemos aprendido que afecta el esmalte, la capa protectora de los dientes.
Beber té y café
Hay dos tipos de personas. Los que toman café por la mañana y los que toman té. Pero estas dos bebidas tienen algo en común. Manchan tus dientes. El esmalte que recubre los dientes no es liso ni plano. Tiene protuberancias microscópicas que pueden contener partículas de lo que comemos y bebemos. Por eso el café y el té pueden mancharnos los dientes; pues penetran el esmalte. Una vez que hayas terminado de beber, lo mejor es cepillarse los dientes para eliminar los pigmentos del esmalte.
Te cepillas los dientes demasiado
Es importante tener en cuenta que un cepillado más duro y prolongado no resulta en una limpieza a fondo. Además, incluso puede tener resultados no deseados, como la erosión del esmalte dental e irritación de las encías, por ejemplo. Para asegurarse de que los dientes se limpien adecuadamente, aprenda a cepillarlos adecuadamente. Inclina el cepillo de dientes en un ángulo de 45 ° con respecto a la línea de las encías. Y cepilla de arriba a abajo.