Tan solo quería escribir hoy, pero mi susceptibilidad a veces me gana, entonces tengo que meditar un poco, quizás hasta plantearme una solución y para luego así evitar que mi corazón se aflija al momento de escribir, evitando cualquier error de subjetividad.
Y bien, ahora puedo mostrarle con letras, que cuando una persona está haciendo las cosas bien y algo de repente sale mal, lo más sensato sería recurrir a Dios pidiendo que sea su voluntad que se cumpla y no mis anhelos e ilusiones humanas, que limitan la verdadera felicidad que eso que estaba haciendo, me podría otorgar.

Esto empieza con una simple situación, y se las voy a ejemplificar:
Me encontraba mensajeando con una conocida y ella me contaba algunas cosas, las comunes; cómo estaba, dónde estaba, lo que hacía, lo que estaba pensando, cosas que quería, etc.…
Pues bien luego yo también trate de compartirle un poco sobre con respecto a esas mismas cuestiones, y bueno gracias al espíritu santo le pude aclarar algunas dudas (no voy a entrar en detalles), entonces me dice que soy lo máximo, que gracias por ayudarla y que eso era lo que necesitaba “oir” para ponerse mejor, entonces yo había HECHO ALGO BUENO, como digamos mi buena acción del día, y de repente leo en una red social, que escribe barrabasadas sobre aquel problema, entonces me cuestiono “si de verdad la ayudé, cómo es que sigue escribiendo tonterías?”, bueno aquello duele, porque es como si estuvieras trabajando arduamente, luchando y tu jefe te dice que conseguiste el puesto, luego al siguiente día vas a la oficina y tu jefe dice ”disculpa Andrés, el cargo no está disponible aun para ti” y uno se queda impactado y afligido por que le hayan hecho creer algo que al final no iba a ser verdad, situaciones parecidas se dan muy a menudo…
Es por eso que nos pone a pensar el ¿por qué a mí? Si yo fui el que hizo bien las cosas, porque cuando más me sacrifico por algo o cuando más me porto bien, las personas me demuestran algo contrario a lo que he hecho, de hecho pobres personas que no saben apreciar y entender lo que ellos no poseen, los regalos que las otras personas les dan diariamente, pero más pobre yo porque me vuelvo como ellos y comienzo a actuar dependiendo de las cosas que me salen bien, cuando el de arriba me dice que actue mirándolo a Él , que solo así hallare felicidad en las cosas que no DEBEN DE SALIR COMO YO ESPERO o como me lo habían hecho creer, que pena por mi amiga que no supo apreciar realmente todo lo que le escribí, que no supo apreciar que el saldo que gastaba mensajeandole no se comparaba con la riqueza que iba a recibir tratando de ayudarla, que jamás se iba a comparar con una solución tan precisa para un problema ajeno a mí y que cuanto este me tocara ya sabría yo qué hacer.. Si hiciste algo bien o bueno, CREELO, que las personas no reconozcan lo que has hecho no quiere decir que Dios no te va a recompensar por ser el que debiste ser en esa situación determinada.
RECUERDA, nosotros queremos cosas buenas para nosotros mismos, pero Dios quiere cosas aun MEJORES que las que nosotros tenemos pensadas.

Tags: Aprendizaje

This entry was posted on domingo, septiembre 4th, 2011 at 6:01 am and is filed under Aprendizaje. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.