El concepto mismo de desarrollo sostenible es un concepto en continua evolución que ha nacido hace tiempo, incluso antes de que las instituciones internacionales y los gobiernos intentaran darle una definición limitada. Es a comienzos de la década de los 60 cuando aumenta la preocupación sobre el modelo de crecimiento social basado en el paradigma tecno científico y las necesidades económicas. En ese entonces, ya comenzaba a haber movimientos que creían en modelos de desarrollo más respetuosos con el medio natural y humano. Sin embargo, no es hasta las últimas tres décadas que el concepto de Sostenibilidad ha ido tomando forma y cierto consenso, transformándose en un concepto institucional, e incorporándose cada vez más en los discursos políticos nacionales e internacionales, en definitiva, substantivizándose.
El Desarrollo sostenible, que según la cumbre de la Tierra en 1992 quedó definido como «El que satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades» se cuantifica mediante un parámetro denominado déficit ecológico. Así, los individuos, regiones o países cuyo déficit ecológico sea negativo estarán consumiendo más recursos de los que son capaces de producir y, por lo tanto, serán insostenibles. Y es ahí donde entra en juego el concepto de huella ecológica.
¿Qué es Huella ecológica?
La huella ecológica es un indicador ambiental de carácter integrador del impacto que ejerce una cierta comunidad humana – país, región o ciudad – sobre su entorno, considerando tanto los recursos necesarios como los residuos generados para el mantenimiento del modelo de producción y consumo de la comunidad.
La huella ecológica se expresa como la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de estas áreas.
Este indicador es definido según sus propios autores (William Rees y Mathis Wackernagel) como:
«El área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población definida con un nivel de vida específico indefinidamente, donde sea que se encuentre esta área»
La filosofía del cálculo de la huella ecológica tiene en cuenta los siguientes aspectos:
- Para producir cualquier producto, independientemente del tipo de tecnología utilizada, necesitamos un flujo de materiales y energía, producidos en última instancia por sistemas ecológicos.
- Necesitamos sistemas ecológicos para reabsorber los residuos generados durante el proceso de producción y el uso de los productos finales.
- Ocupamos espacio con infraestructuras, viviendas equipamientos, etc. reduciendo, así las superficie de ecosistemas productivos.
Aunque este indicador integra múltiples impactos, hay que tener en cuenta entre otros, los siguientes aspectos que subestiman el impacto ambiental real:
- No quedan contabilizados algunos impactos como la contaminación del suelo, la contaminación del agua, la erosión, la contaminación atmosférica (a excepción del CO2), etc.
- Se asume que las prácticas en los sectores agrícola, ganadero y forestal es sostenible, esto es, que la productividad del suelo no disminuye con el tiempo. Obviamente, con el tiempo, la productividad disminuye, a causa, entre otras, de la erosión, contaminación, etc.
La ventaja de la huella ecológica para entender la apropiación humana está en aprovechar la habilidad para hacer comparaciones. Es posible comparar desde las emisiones de transportar un bien en particular con la energía requerida para el producto sobre la misma escala (hectáreas).
¿Cómo se calcula la huella ecológica?
La metodología de cálculo de la huella ecológica se basa en la estimación de la superficie necesaria para satisfacer los consumos asociados a la alimentación, a los productos forestales, al gasto energético y a la ocupación directa del terreno. Esta superficie se suele expresar en ha/cap/año si realizamos el cálculo para un habitante, o bien, en hectáreas si el cálculo se refiere al conjunto de la comunidad estudiada.
Para calcular estas superficies, la metodología se basa en dos aspectos básicos:
- Contabilizar el consumo de las diferentes categorías en unidades físicas.
- Transformar éstos consumos en superficie biológica productiva apropiada a través de índices de productividad.
Debido a la inexistencia, en general, de datos directos de consumo, se estiman los consumos para cada producto con la siguiente expresión:
En el caso de la matriz del área de absorción de CO2 se opera con consumos directamente ya que se dispone de la información
Desde un punto de vista global, se ha estimado en 1,8 ha la biocapacidad del planeta por cada habitante, o lo que es lo mismo, si tuviéramos que repartir el terreno productivo de la tierra en partes iguales, a cada uno de los más de seis mil millones de habitantes en el planeta, les corresponderían 1,8 hectáreas para satisfacer todas sus necesidades durante un año. Con los datos del 2005, el consumo medio por habitante y año es de 2,7 hectáreas, por lo que, a nivel global, estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de los que el planeta puede generar y admitir.
Déficit Ecológico:
Es el indicador que nos muestra si un región determinada es autosuficiente o no, es decir si es capaz de producir los recursos necesarios para abastecerse y de almacenar los residuos que produce. Esa región tendrá un déficit ecológico cuando consuma más recursos de los que dispone.
¿Cómo se calcula?
Una vez calculado el valor de la huella ecológica, se calcula la superficie real de cada tipo de terreno productivo (cultivos, pastos, bosques, mar y terreno urbanizado) disponibles en el ámbito de estudio. La suma de todos ellos es la Capacidad de Carga Local y está expresada en hectáreas por habitante.
La comparación entre estos valores (huella ecológica y la capacidad de carga local) nos permite conocer el nivel de autosuficiencia del ámbito de estudio. Si el valor de la huella ecológica está por encima de la capacidad de carga local, la región presenta un déficit ecológico. Pero si la capacidad de carga es igual o mayor a la huella ecológica, la región es autosuficiente, siempre teniendo en cuenta las limitaciones del indicador.
Para que una región sea sostenible, debe tener un déficit ecológico CERO.
Tabla 3: Comparación entre la Huella Ecológica y la Capacidad de Carga.
Huella Ecológica |
> |
Capacidad de Carga
|
La región presenta un
déficit ecológico. |
Huella Ecológica |
=
|
Capacidad de Carga |
La región es autosuficiente.
|
Por tanto, el déficit ecológico nos indica que una región no es autosuficiente, ya que consume más recursos de los que dispone. Este hecho nos indica que la comunidad se está apropiando de superficies fuera de su territorio, o bien, que está hipotecando y haciendo uso de superficies de las futuras generaciones.
En el marco de la sostenibilidad, el objetivo final de una sociedad tendría que ser el de disponer de una huella ecológica que no sobrepasara su capacidad de carga, y por tanto, que el déficit ecológico fuera cero.
Calculo De La Huella Ecológica
¿Se te ha ocurrido alguna vez preguntarte cuánta naturaleza necesitas para mantener tu estilo de vida? ¿Te gustaría saber cuántas hectáreas y cuánto espacio marino se requiere para generar todo lo que consumes y tiras a la basura?… Bueno, ¡estás a punto de descubrirlo!.
Desde hace 35 años cada 22 de Abril el mundo celebra el Día de la Tierra. Este año, la organización mundial Earth Day Network (EDN), una red que conecta a más de 12,000 organizaciones en 174 países y que trabaja todo el año para crear un mejor futuro para la Tierra, ha decidido, entre otras campañas, llamar la atención sobre el estado crítico del medio ambiente. Para ello, ha elaborado un original cuestionario que permite medir la huella ecológica de cada encuestado para que se enfrente con sinceridad al test.
“Para proteger nuestro hogar, la Tierra, tenemos que conocer nuestra influencia sobre ella cada día”, señala la introducción del test. Cada persona tiene algún impacto. La expresión Huella Ecológica mide cuántas hectáreas ocupa cada persona para mantener su nivel de consumo, y también su nivel paralelo de desechos. En algunas ocasiones los resultados son alarmantes, pues para mantener el ritmo de vida y de consumo que llevamos, necesitaríamos dos y hasta tres planetas iguales al único que tenemos.
A continuación algunos links en los cuales encontrará el test de la huella ecológica: