Dicotomía entre la Esencia y la Razón.
Siendo la razón nuestra base esencial, y nuestra esencia la razón de nuestro ser, nos enfrentamos a un paradigma extraño, en donde dos conceptos aparentemente opuestos se alinean perfectamente para conformar lo que somos... Y es de eso de lo que tratará éste blog.
Mi nombre es Emilio Abril, soy un estudiante de Ingeniería Mecánica con leves lapsos de pseudo-escritor, oscilando entre la siempre cauta lógica y la imperfección de mis letras.
Bienvenidos!
Microclima
Después de perdernos en la bruma del espacio que se nubla, en el tiempo que se estremece con cada uno de tus parpadeos, hemos llegado aquí, a éste punto en el que el amor nos salva del mundo, en que la vida es vida y la muerte es vida y el dolor es vida, pero sobre todo las risas y miradas son melodías que trascienden estados, que ya no hay miedo al miedo y que los días se marcan con besos y no con tiempos; cómo ya te lo he dicho... Tú estás por encima del tiempo. Hemos llegado al punto en que tocarnos los labios equivale a tocar los astros, en que cada beso nos crea un big bang en el cuerpo, un nuevo universo de sentimientos que nos recorre, nos expone, nos destruye y nos compone... Nos hemos llegado a amar.
Y cesó de brillar el Sol.
Hoy sin aviso alguno, la Luna asesinó al Sol...
Por ridículo que suene, esta confesó que su pálido resplandor jamás fue un reflejo del suyo. Que a su lado oscuro lo cubría un velo intencionado, y no una involuntaria sombra. Que aquellas sonrisas menguantes que fueron símbolo de dulzura eran causadas por burla y auto-reproche. Que jamás necesitó del Sol, que éste nunca le dio calor; su fuego nunca la alcanzó. Admitió amarle, pero alegando que su luz le era más irritante que agradable, la Luna decidió terminar su existencia.
El Sol, que brillaba por amor a ella, viendo su muerte inminente con tristeza comprendió que la herida letal era innecesaria, pues sólo esas palabras... habrían apagado a un millar de estrellas.

