Hoy, esta noche particularmente, siento como una pequeña parte de mí se va lentamente con lo que una etapa fue, amigos, momentos, flashbacks, ira, dolor, desesperación, las sonrisas de cuando aún no acababa esto, las heladas con los amigos, las charlas existenciales con otros, los abrazos reconfortantes de las dos pérdidas, los abrazos de cuando a alguien se le derrumba el mundo...Recordé también el primer día de clases, las formalidades, las sonrisas sarcásticas, las miradas por el rabillo del ojo, la expresión de sorpresa de los que escuchaban que había alguien de provincia, el sinsabor de los primeros días de no conocer a nadie realmente, el hecho de no tener un hogar propio, los que no temían, los que eran un manojo de nervios, los que luchaban en buena ley con sus demonios y entre todos ellos estaba yo. Los profesores preguntaban y se admiraban, otros sólo con incredulidad especulaban acerca de nuestro futuro, habían algunos que no evitaban escupir y vomitar estadísticas, números, letras, puntajes, fracasos, desaciertos, gente infeliz que hablaba de sueños rotos, gente que no vivió en su momento y ahora no permite que otros vivan el suyo, ellos los infelices que no son capaces de motivar, entre ellos habían otros, los felices que hablaban de utopías que sonaban para unos lejanas, como susurros entre la niebla espesa de un bosque sobrio por la madrugada, habían los que rugían con extrema ferocidad, los que gritaban desde lo más hondo de su pecho y de sus gargantas emergía dolor y lástima por tanta impotencia enjaulada, todos ellos animales.

Y hoy, esta noche particularmente, siento como todos están tristes por no haber logrado el cometido, también están aquellos que están felices por haber hecho lo que debían y otra vez estoy yo en esa minoría absoluta de los que sin querer realmente lograron el cometido y hoy decidieron retirarse de este juego del gato y el ratón que se les había impuesto por obligación terrenal, estoy yo y están otros miles pugnando por justicia y clamando por una digna oportunidad y como sombras oscuras, dementores vienen a abrazarlos la tristeza infinita de no ser parte de la minoría absoluta. Sin embargo, hoy no quiero hablar de estadísticas, hoy quiero hablar de lo importante que resultó para mí y para muchos el haber conocido gente especial, gente que era bondad, gente con complejo de conchas, personas que creen que los números resuelven vidas, personas que creen que el tiempo está contabilizado, segundo, segundo, minuto, minuto. Y hoy estoy yo, están ellos y están los otros, y me embarga un dolor inmenso por tener que dejar tanta sabiduría, a todo esto, amigos míos...