Me siento cómodo en Quito, tengo un trabajo interesante y la gente me ha tratado muy bien. Sin embargo debo anotar que hay ciertas personas de aquí que se imaginan como debería ser Guayaquil:
a) Que denuncian que Guayaquil es una ciudad explotada por las oligarquías localesç
b) Que las oligarquías locales son los que propician la separación con el resto del Ecuador
c) Que debería haber equidad y que debería entregarse menos asignaciones al área social en Guayaquil, a favor de cantones mas pobres
Estas son verdades a medias, que no dejan de manifestar una ignorancia a cerca de Guayaquil, en el mejor de los casos.
Que Guayaquil es una ciudad explotada por las oligarquías locales, es verdad hasta un cierto punto, ya si eso fuera completamente cierto no vendrían migración dentro y fuera del país. Pero mis amigos quiteños no llegan a analizar el porque se produce esto: La carencia de políticas públicas que apoyen el mejoramiento de la educación de los guayacos y del país completo. Y el grueso de los presupuestos de educación, becas y capacitación del Estado, se quedan en Quito. Aquí no hace falta ser un genio para obtener una beca, solo que quiera estudiar.
Las oligarquías locales, quieren separatismo, eso es cuento, Guayaquil quiere autonomía, por que el espíritu de Guayaquil de liberrimo, no quieren que nadie le marque su destino, y eso no solo es una aspiración de las oligarquías locales, sino de toda la población en general. Pero en la capital se interpreta esto como separatismo, por que no llegan a entender este espíritu emprendedor que tiene Guayaquil, que es una ciudad que ha sabido renacer algunas veces, desde sus cenizas.
Que debería haber mas equidad en Ecuador, eso es cierto, pero estas asignaciones que se le quitan a Guayaquil, deberían ser dirigidas a fortalecer la actividad económica de cantones mas pobres y no solo dirigidas a mejorar la salud y educación de estos cantones, ya que buenos niveles de educación y salud y falta de empleo en los cantones mas pobres, hace que estos emigren a Quito o Guayaquil, haciendo que los problema sociales se aumenten en estas dos ciudades.
A pesar de los n años estudiando la historia de Guayaquil, me día cuenta de nuestra real historia cuando fuí al museo histórico de Guayaquil, ese de las figuritas que queda junto al ex MAAC. Gye se pasaba quemándose, y los guayaquileños se pasaban recontruyendo. Eso forja cierto tipo de caracter y de personalidad.
Hubo intentos de autogestión en salud y educación, cuando el municipio y el gobierno trabajaron juntos, pero el gobierno quiso asumir sólo ambos aspectos. De esa forma, no es culpa que nos toquen más asignaciones. Además, millón gente se atiende en los hospitales de la Junta de Beneficencia, así que tampoco somos muy arrimados 🙂
En fin, son comentarios para tus amigos, en caso de que el tema salga a colación.
El «separatismo» no sé que tan hondo haya calado. Si se escuchan voces separatistas, pero no creo que sean de la mayoría, al menos, no es el sentir popular.
creo que en esa forma de juzgar, los quiteños dejan pasar «de agache» a la oligarquía quiteña: curuchupa, taurina, rentista, poco abierta al mundo, poco solidaria (ni por beneficencia), racista y cerrada.
y regionalista.
Si hubiera un plebicito en Guayaquil si se separa o no del Ecuador, estoy casi seguro que ganaria la no separacion del Ecuador por abrumadora mayoria. Pese que hay un visión que el centralismo asfixia. El motivo es que en Guayaquil lo compone habitantes con lazos familiares en todas las partes del país.
Guayaquil tiene tres herencias culturales: montubia, andina y caribeña y la parte andina de Guayaquil, no va permitir tal separación.