En el articulo Guayaquil no es lo mismo de Guillermo Arosemena el cual habla ya no de la perdida de liderazgo político de Guayaquil, sino de la perdida de liderazgo económico de Guayaquil.
Este articulo responsabiliza a la clase gerencial guayaquileña de ser muy empírica de no tener una mejor formación . Esto es algo que he vivido en carne propia, me acuerdo que los gerentes en general se sentían intimidados cuando tu le hablabas de modelos matemáticos en cambio en Quito me he encontrado con personas que enseguida te dan oidos, no todos pero si muchos mas que en Guayaquil. Los gerentes en Guayaquil hacen gala de su practicidad como compensación a su menor formación, la practicidad te sirve hasta un cierto punto pero no te ayuda a tener empresas competitivas de alto valor agregado.
Parte de esta responsabilidad es la falta de visión de la oligarquía guayaquileña, que en lugar de abogar por mejoras del nivel educactivo de la ciudad se limitan a defender presupuestos descentralizados que vienen del Estado y que sean manejados localmente, y mantienen esta visión cortoplacista de mantener a Guayaquil solo como un enclave agricola y comercial.
Vean como son las aspiraciones de la burguesía guayaquileña, es tener una casota en Samborondon o en la via a la Costa, tener varios carros, varios viajes a Miami en el año y nada mas, en cuanto a formación de empresas con proyección internacional, son pocos que se salvan de esta mediocridad empresarial.