Me fui a ver el d_efecto barroco, en el museo de arte contemporáneo. En esta exposición básicamente de tipo audiovisual, se presentan videos donde se muestra ejemplos del pensamiento barroco actual en Latinoamérica.
El pensamiento barroco, es a lo que yo llamaba el pensamiento culebrero en el Ecuador, no le había puesto ese nombre tan elegante. El pensamiento barroco básicamente genera adornos sobrecargados para evitar o enmascarar el conflicto, para vivir una fantasía que todo es harmonía, que todo está bien, de evitar de asumir la esencia de las cosas.
Este pensamiento está impregnado en Latinoamérica en casi todas nuestras costumbres, desde nuestra forma de jugar al futbol, ese futbol de toquecitos de chichecitos que no busca el camino más directo para llegar al gol, hasta el discurso de nuestro políticos que con su demagogia fantasiosa, captura el favor de las masas, pasando por temas como el realismo mágico en la Literatura o los personajes criollos en nuestro medio como el chulla quiteño, un personaje que a través de su verbo florido y su ropajes esconde su origen indio.
Personalmente me había chocado con este pensamiento, cuando yo planteaba proyectos sobre sistemas inteligentes, ya sea en Quito o en Guayaquil en diferentes instituciones del sector público o privado, y las personas encargadas de dar su visto bueno al proyecto, generaba cuestionamientos superficiales a los proyectos, me daban la impresión que no captaban la esencia del proyecto en cuestión y se limitaban a realizar críticas sobre cosas marginales y la forma de vender este proyecto era usando la demagogia o involucrarlo emocionalmente al comprador para que este se entusiasme por el proyecto. Créame con gerentes o tomadores de decisiones así, no se puede desarrollar este país. Ahora veo que todo es parte de nuestra cultura Latinoamericana.
El estilo del presidente Correa es anti barroco, para conseguir algo, él trata siempre de confrontar, siempre ir por la línea directa, olvidándose de la sinuosa línea barroca de anteriores mandatarios. Me parece que esto genera una reacción en el Ecuador, mucha gente no le perdona al presidente esa forma de ser, podrán estar de acuerdo con la intención o el fondo, pero no le perdonan que rompa la forma barroca de convivencia social.
No creo que la modernidad o las nuevas tecnologías rompan esta forma de pensar, pero si podría formar casos aislados de eficiencia y excelencia, de referentes que en el Ecuador pueden llegar hacer cosas de excelencia, dos ejemplos de esto: es la Liga de Quito y el otro es el chocolate Pacarí.