La práctica regular del Ajedrez potencia algunas cualidades innatas que posee el ser humano y que se encuentran aletargadas en mu-chos casos, está catalogada como una disciplina completa, un juego ciencia, porque tanto en el niño como en el joven y en el adulto resalta valores y actitudes que le permiten:
- Dedicación al estudio.
- Capacidad para el trabajo responsable.
- Disciplina en todos los aspectos.
- Creatividad dentro y fuera de las aulas escolares.
- Sabiduría para actuar en cualquier circunstancia.
- Orden en su vida interna y externa.
- Perseverancia para conseguir los más nobles ideales.
- Autocrítica equilibrada cuando se analice a sí mismo con sus virtudes y defectos.
Niños jugando muy concentrados
- Solidario en los apuros del hermano.
- Libertad porque jamás desea conculcar sus derechos y los de su prójimo.
- Dignidad para aceptar y reconocer el libre albedrío, busca y actúa con la verdad por sobre todas las cosas.
- La belleza interna se refleja en las jugadas.
- La amistad sincera es una norma que la llevará por siempre como parte integral fundamental de la persona.
- Conservará la salud mental y física.
- El autoestima representa un eslabón insustituible en su amor propio.