Varsovia, una fusión de dos ciudades, Stare Miasto (ciudad vieja) y Norwego Miasta (ciudad nueva), es por esto, una ciudad mística que une la tragedia con la esperanza, un legado de la Segunda Guerra Mundial. En un paseo por la ciudad, se encuentran vestigios de historias, en las casas y en los monumentos que se resistieron a la destrucción, se hacen viajes en el tiempo al recorrer las calles de algunos de sus barrios.
En la ciudad vieja, se encuentran las principales atracciones turísticas de la ciudad. El Castillo Real, o el Zamek Sonata, construido en el siglo XV, donde se puede observar una interesante colección de muebles y piezas de la época.
La Columna del Rey Segismundo III Vasa, construida en honor al Rey. La Catedral de San Juan Bautista, de estilo gótico, que a pesar de haber sufrido varias restauraciones a lo largo de los años, mantiene la estructura y las características originales.
El parque Lazienki, donde se puede visitar el museo, los palacios de Lazienki, la residencia del último rey polaco y el Palacio Myslewicki.
La Iglesia de Santa Ana, construida en el siglo XV que, como casi todos los monumentos que han sufrido las obras de restauración, conservan un estilo y un interior muy lindos, ricos y minuciosamente decorados.
Una visita que no debes perderte, es al monumento de los Héroes del Gheto, construido en homenaje a los judíos que se rebelan contra la invasión nazi en 1943.
La ciudad nueva, o Norwego Miasta, también es digna de una visita. Con muchas tiendas y restaurantes, también cuenta con hermosos parques, donde se desarrollan espectáculos musicales y teatrales.
En el Museo Rising de Varsovia se pueden observar los años de lucha por la independencia de Polonia.
En el Museo Nacional puedes disfrutar de la amplia colección de arte, esculturas, artefactos militares y otros símbolos de la realeza, de años pasados.