Como uno de los puertos marítimos bálticos más grandes de Alemania, Lübeck se encuentra en el estado más septentrional del país, Schleswig-Holstein. Fundada en 1143, Lübeck sirvió durante varios siglos como la capital de la Liga Hanseática. Aunque fue la primera ciudad alemana en ser bombardeada y dañada durante la Segunda Guerra Mundial, Lübeck aún conserva gran parte de su arquitectura medieval, por lo que es un popular destino turístico.
Dominado por siete iglesias góticas, el casco antiguo de la ciudad presenta un entorno atractivo de arquitectura medieval romántica entrelazada con la infraestructura moderna. Un paseo por las viejas y estrechas calles ofrece vistas de sitios históricos como la impresionante catedral, el Ayuntamiento del siglo XII, el famoso Holstentor (la antigua puerta de la ciudad) y la casa de Thomas Mann, el ganador del Premio Nobel de Literatura en 1929. Las bulliciosas calles de Huxstrasse y Fleischhauerstrasse están llenas de restaurantes, galerías de arte, librerías y tiendas de recuerdos. Un paseo por el puerto de la ciudad permite recorridos por antiguos almacenes hanseáticos y antiguos buques de transporte que ahora se han convertido en museos.
Lübeck es bien conocido por su producción del dulce, mazapán. La leyenda local dice que el mazapán se originó en Lübeck durante una época de hambruna cuando las almendras y el azúcar eran los únicos alimentos básicos disponibles. La ciudad también cuenta con su propia especialidad en vinos llamada Rotspon, que se puede encontrar en todas las tiendas de Lübeck.
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Lübeck es una ciudad de visita obligada en Schleswig-Holstein. Como capital de la Liga Hanseática, la ciudad era un nodo central en una red de puertos alrededor del Mar Báltico. Durante cientos de años, Lübeck ha sido la «Ciudad de los Siete Chapiteles», e incluso después de un bombardeo devastador en 1942, esas torres decoran el horizonte del casco antiguo de su isla en el río Trave.
Abajo, en las calles, se encuentran las casas de los comerciantes con gabletes, los gremios y los almacenes, todos signos del comercio que trajo prestigio y poder en la Edad Media. El ayuntamiento está impregnado de esa prosperidad, mientras que las cinco iglesias principales todavía están decoradas con arte medieval y renacentista.