Cualidades básicas de un abogado

La carrera de derecho requiere mucha motivación ya que no es un trabajo fácil. Además de las competencias de servicio público y una plétora de vocación, debe tener un conocimiento profundo del campo legal. También necesitas una personalidad carismática y elocuente que te permita hacerte entender de manera concreta.

En este artículo vamos a contarte cuáles son las cualidades básicas que debe tener un abogado en Almería o en cualquier ciudad.

Capacidad de negociación

Un buen abogado en Asturias debe tener altas habilidades de negociación. En muchos casos, como divorcios o disputas laborales, las acciones legales pueden evitarse mediante una negociación adecuada. Ambas partes se reúnen y discuten formas de llegar a un acuerdo justo. La mediación a la que se llega evita muchas complicaciones posteriores, y un buen abogado sabrá hacer que esta negociación funcione a favor de su cliente.

Dotes para una argumentación contundente

La capacidad de hacer argumentos válidos y poderosos es una virtud que viene naturalmente a algunas personas, casi innata. Si no, es necesario desarrollar esta cualidad a través de la práctica. Cualquiera que sea su situación, como abogado, debe preparar todos los días un argumento persuasivo y coherente.

Primero, para que un argumento se mantenga firme, es necesario un estudio detallado y profundo del caso en cuestión. Un buen abogado apelará no solo a los recursos legales disponibles, sino también a la evidencia disponible y la lógica despiadada. A través de un razonamiento claro y suficiente, un abogado exitoso podrá defender su posición y convencer al juez de que sus argumentos son los más acertados..

Capacidad para una comunicación clara

Para funcionar adecuadamente en la profesión legal, uno debe poseer las cualidades de un adecuado intercambio de ideas. Hágase entender por completo no sólo por el juez o el jurado, sino también por su cliente.

La capacidad de expresarse con fluidez requiere un amplio conocimiento de la oratoria. La palabra es una herramienta esencial de un buen abogado. Cuando se usa junto con una excelente argumentación y la jerga legal adecuada, los resultados exitosos pueden seguir rápidamente.

Habilidad para generar empatía y confianza

Los abogados inevitablemente tienen que desarrollar una buena relación con sus clientes. El valor y la confianza deben generarse siempre a través de una actitud que satisfaga plenamente sus necesidades. No basta con resolver los casos de forma rápida y de la mejor manera posible. El trabajo de un buen abogado se centra en centrarse en su cliente y desarrollar una relación que les permita trabajar juntos sin barreras ni alienación.

Capacidad de persuasión

«Convencer» a un jurado para que defienda los derechos de aquellos a quienes representan requiere una gran capacidad para persuadir a otros. La presentación de elementos de un caso, pruebas e inteligencia de testigos de manera ordenada y oportuna puede marcar la diferencia en la posición de un cliente. La persuasión es una habilidad que se puede desarrollar con la práctica. Así como un vendedor necesita presentar y vender su producto a un cliente, un abogado necesita convencer de que su posición y argumentos son los más correctos y adecuados..

Alta tenacidad

La capacidad de persistir hasta conseguir sus objetivos y los de sus representados es de gran importancia. Un abogado lleno de seguridad en sí mismo y confiado en sus conocimientos y convicciones, no dudará en mantenerse con firmeza y gran fortaleza, superando las dificultades que puedan presentarse. Es necesario luchar hasta el final, levantándose las veces que haga falta, una y otra vez, a fin de conseguir los objetivos que se persiguen.

Actualización permanente

 

Hoy más que nunca, y con nuestra sociedad abrumadora y en constante evolución, es importante que los abogados estén completamente capacitados y actualizados. Un conjunto de leyes vigente, su perfeccionamiento y correspondiente aplicación debe estar en todo momento al alcance de un buen abogado. Además, están surgiendo nuevas leyes que exigen que un buen abogado nunca abandone el estudio. Está claro que esta formación permanente hará más eficaz su desempeño profesional.

 

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