Retos de la investigación social: sexismo y turismo.
Un grupo de 12 profesoras y estudiantes de la Licenciatura en Turismo de la Espol decidimos hace unos meses empezar un proyecto de investigación sobre el turismo y la mujer. Queremos recoger y analizar información sobre la situación de la mujer en los ámbitos laboral, político y académico del turismo en la costa del Ecuador. La idea es identificar cómo el sexismo o la desigualdad entre hombres y mujeres se manifiesta a través prácticas sociales poco estudiadas en el ámbito turístico ecuatoriano, incluyendo el uso de la imagen de la mujer como adorno en la publicidad turística (Senplades, 2013); desigualdad en el acceso a cargos públicos y directivos (OMT, 2010); la identificación de trabas institucionales y sociales que impiden que las mujeres emprendan negocios turísticos; la existencia de brechas salariales entre los hombres y mujeres que trabajan en la actividad (Ordoñez, 2001); y los retos de la mujer en la academia y la investigación turística.
Sin embargo rápidamente nos hemos dado cuenta de que nuestro tema acarrea un doble prejuicio: resulta que no sólo ha sido difícil convencer a la gente que los estudios científicos sobre turismo son necesarios (eso ya lo sabíamos), sino que ha sido mucho más difícil que la gente crea que los estudios de género son pertinentes en nuestro país. En otras palabras, resulta que mucha gente no cree en nuestro proyecto.
Esta incredulidad puede ser analizada desde dos perspectivas. Una es la incredulidad institucional cuando se considera que los temas de investigación como el nuestro no son científicamente relevantes ya que en este momento el Ecuador necesita investigación orientada a las ciencias duras y a la innovación tecnológica… En otras palabras, cualquier cosa que sea inmediatamente aplicable y que no sean ciencias sociales o artes. Si no me creen, revisen las áreas de estudio priorizadas en la convocatoria abierta de becas de la Senescyt 2014. Paradójicamente, el Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017 considera que la desigualdad de género afecta el desarrollo económico y las relaciones sociales, y la superación de las brechas de género es considerada un aspecto prioritario de la agenda ecuatoriana de desarrollo. Igualmente, el Gobierno Nacional ha identificado al turismo como un área estratégica para el cambio de Matriz Productiva, por lo que se ha anunciado una inversión de 600 millones de dólares en el sector, y se ha iniciado la súper ambiciosa campaña “All you need is Ecuador”. En consecuencia, mientras en papel la superación de las brechas de género y el desarrollo del turismo son importantes para el país, en la práctica no hay becas de postgrado o financiamiento para proyectos de investigación en éstas áreas del conocimiento.
Por otra parte tenemos la incredulidad social y se refiere a la creencia generalizada de que los estudios sobre la mujer, o en este caso, sobre la mujer y el turismo, son irrelevantes porque la igualdad de género ‘ya se ha alcanzado’. En otras palabras, ahora que las mujeres pueden votar, comprar propiedades, abrir cuentas de banco, estudiar una carrera universitaria y salir a trabajar sin el consentimiento de su padre o esposo, ya no es necesario hacer investigación sobre sexismo. Pero el sexismo, la discriminación y la violencia de género son aún prácticas sociales comunes y para comprobarlo basta ver las noticias mundiales y locales. Ahí nos encontramos con las 223 adolescentes raptadas por el grupo guerrillero Boko Haram en Nigeria, la mujer que fue lapidada por su esposo en Pakistán, o la conocidísima historia de Malala, la niña pakistaní a quien le dispararon por defender su derecho de ir a la escuela. El Ecuador no se queda atrás. Según datos del INEC, en nuestro país 6 de cada 10 mujeres han sufrido violencia de género, y una de cada cuatro mujeres ha sufrido algún tipo de violencia sexual. De igual manera, una rápida mirada al sitio web ‘sexismo cotidiano’ nos recuerda de manera alarmante como las mujeres somos diariamente discriminadas tanto en países en vías de desarrollo como en países altamente desarrollados.
El sexismo y la violencia de género no son prácticas sociales que se producen en el vacío, sino que están fortalecidos por una sociedad en donde se cree por ejemplo que los hombres son fuertes y las mujeres son débiles, donde se cree que los niños se deben vestir de celeste y las niñas de rosado, donde se incita a la violencia sexual a través de la música y donde las mujeres son un adorno reconocido por su físico y no por su capacidad intelectual. ¿No se convence que Ecuador es así? Encienda la tele y ponga cualquier noticiero. En el segmento de farándula, vea lo que tiene puesto la presentadora. ¿Es realmente necesario que la falda sea tan alta? ¿Y esas tomas a las piernas? A eso me refiero cuando digo que en ciertos ámbitos las mujeres son consideradas un adorno. La incredulidad social significa que el sexismo (y el machismo) están tan arraigados en nuestra sociedad que ni nos damos cuenta de que somos sexistas.
¿Qué tiene esto que ver con turismo? Bastante. Según la OMT, el turismo, más que otras actividades económicas, promueve el acceso de las mujeres a la fuerza laboral y constituye un vehículo para el empoderamiento político, social y económico de la mujer, especialmente en países en vías de desarrollo (OMT, 2010). Sin embargo, mientras hay más mujeres que hombres trabajando en turismo en el mundo, según la OMT (2010), la mujer percibe salarios menores y tiene menos oportunidades para acceder a puestos directivos en el sector privado. Es más, cuando la mujer se considera un ‘adorno’ o un objeto que embellece el destino (de la misma forma que las mujeres embellecen nuestros noticieros), el turismo puede promover el tráfico de menores de edad y la prostitución infantil. Piense en Brasil. Mujeres, ¿verdad? Pues resulta que la prostitución infantil se incrementó gracias al turismo que trajo el reciente mundial de fútbol.
El sexismo en el ámbito turístico existe… Pero en Ecuador no sabemos cómo se manifiesta y cómo nos afecta económica y socialmente porque nunca se lo ha estudiado. Sencillamente no sabemos si el turismo promueve oportunidades para la mujer ecuatoriana o la denigra a un objeto que adorna el destino, o las dos cosas. Por eso el tema tiene relevancia científica. No obstante, la incredulidad institucional y social en este tipo de temas significa que es muy difícil obtener apoyo o financiamiento para nuestro proyecto. Desde mi punto de vista, la poca fe que se le tiene a la investigación social nos va a pasar la cuenta en algún momento, porque si bien es cierto que necesitamos desarrollarnos económica y tecnológicamente, también debemos saber quienes somos y cómo nos comportamos los ecuatorianos para reflexionar como sociedad y guiar la elaboración de políticas públicas que nos permitan superar los arraigados problemas sociales que tenemos y que no son pocos. El sexismo en el sector turístico podría ser uno de ellos.
Muy interesante chicas. Felicitaciones! Un abrazo a Cinthy y Carlita
Felicitaciones al equipo de investigación por el arduo trabajo que debe representar este proyecto de investigación. Me da mucho gusto ver que de a poco se esté empezando a generar conocimiento en el ámbito turístico de nuestro país. Concuerdo que en una sociedad, lo más importante somos las personas, y como bien lo ha mencionado Carla es importante entender quienes somos y cómo nos comportamos. A seguir luchando contra las adversidades para desarrollar investigación en nuestra área.
Estimada Carla,
Primero la felicito por esta excelente iniciativa!
Como parte de los pocos becarios que pudo seguir un programa en ciencias sociales (turismo) doy fe de que lamentablemente el gobierno contradice totalmente sus programas de desarrollo turístico al lanzar planes de marketing y llamar a los turistas a visitar el país pero a la vez cierra las puertas a profesionales del sector que quieren especializarse.
Con respecto a la investigación turística, también comparto al 100% la idea de que nuestro país necesita invertir mas en el area, ya que el monitorear solamente numero anual de visitantes al país no sirve de mucho.
Le propongo a ESPOL públicamente y usando su blog como medio: la creación y/o soporte de un centro de investigación turística ESPOL en el cual los estudiantes de LICTUR, no solo con la tesis, ademas con investigaciones asignadas en clase puedan comenzar a crear un catalogo de investigaciones y proyectos. El fin de mi solicitud es porque hoy en día en la mayoría de organizaciones, empresas privadas y universidades del mundo se busca información y datos turisticos sobre Sudamerica para desarrollar proyectos o invertir en nuestros paises y lo que se encuentra es muy poco o solo enfocado a ciertas regiones.
Espero su investigación sobre ‘sexismo y turismo’ pueda encontrar el soporte y financiamiento que necesita y si en algo les puedo ayudar, por favor no dude en contactarme.
Saludos,
Fanny Manner
Estimada Carla,
Concuerdo con la narrativa expuesta acerca de la forma en que por un lado nuestro país está encaminando diferentes actividades y proyectos orientados al desarrollo de la actividad turística “poniendo en práctica los objetivos del Plan Nacional del Buen Vivir”; mientras que por otro, la realidad acerca de la desigualdad de género sigue siendo una problemática social.
He tenido la oportunidad de participar en el levantamiento y desarrollo de información de diferentes Estudios de Impacto Ambiental, Levantamiento de Líneas Bases y otros, en varios sectores del país; en donde la parte socio-económica forma parte de los análisis efectuados. La situación fue similar en la mayoría de los sectores productivos analizados, entre ellos el turismo, la mujer participa de las actividades no obstante su intervención es limitada cuando de ejercer cargos administrativos o de representación se trata.
Podría afirmar su criterio acerca de que el sexismo está arraigado en nuestra sociedad; tanto que al visitar diferente comunidades se pudo obtener en información levantada que los actores claves de diferentes zonas de estudio terminan siendo en su mayoría hombres, siendo éste uno de los varios ejemplos posibles de mencionar acerca de cómo la desigualdad entre géneros sigue siendo una realidad en nuestro país.
No obstante, hace dos años tuve la oportunidad de conocer a una representante de nuestro género que con constancia logró poner en marcha actividades de desarrollo turístico en su localidad, motivando a su comunidad a capacitarse en temas relacionados al turismo y aprovechar los paisajes naturales con los que cuentan. Si de alguna forma puede ayudarles en su investigación, cuento con los datos de quien para esa fecha figuraba como Coordinadora de una Pre Asociación Turística.
Felicitaciones al equipo de profesoras y estudiantes que se ha propuesto con optimismo y arduo trabajo llevar a cabo un tema de investigación que desafortunadamente hasta ahora no había sido considerado de relevancia.
Saludos,
Magaly Castro