Coger(se) / agarrar(se) / enganchar(se) / pillar(se) una mona

Coger(se)/agarrar(se)/enganchar(se)/pillar(se) una mona (Dormir la mona/la zorra): Emborracharse. Se ha liado a beber sangría como un loco y, claro, ha cogido una mona de mucho cuidado.

El mono, o la mona —antiguamente se denominaba con el femenino incluso a los machos—, se elige en este dicho para elaborar comparaciones en las que se quieren destacar la tontuna, el ridículo o lo grotesco de una persona o de una situación: V. Corrido como una mona||El último mono||Pintar la mona. Quien se emborracha actúa de forma incontrolada, hace gestos ridículos, similares a los de estos animales, o lo que es lo mismo monadas.

El maestro Sebastián de Covarrubias afirma lo siguiente en su Tesoro de la lengua castellana (1611): «Estas monas apetecen el vino y las sopas mojadas en él y hace diferente efecto la borrachez en ellas, porque unas dan en alegrarse y se arriman a un rincón, encubriéndose la cara con las manos. De aquí se vino a llamar mona triste al hombre borracho que está melancólico y callado y mona alegre al que canta y baila y se huelga con todos».

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