A continuación un testimonio real:
Hace dos semanas cumplí 45 años. Cuando me levante esa mañana, no me sentía bien, pero tenia la esperanza de que mi esposa me cantaría feliz cumpleaños y trataría de sorprenderme con un regalo, pero ni siquiera me dijo buenos días.
Mis hijos se sentaron a desayunar, pero tampoco me felicitaron. llegue muy deprimido a mi oficina, pero al entrar mi secretaria grito “feliz cumpleaños”. Me sentí un poco mejor, por lo menos alguien recordaba mi cumpleaños. trabaje normalmente y para mi tristeza ninguno de mis amigos, ni allegados me llamaron para felicitarme. Cerca del mediodía, mi secretaria llamo a la puerta y me dijo: porque no almorzamos juntos?
Le dije que era la propuesta mas hermosa que había recibido ese día y acepte. Escogimos un restaurante acogedor y nos tomamos unos tragos. Todo estuvo delicioso y nos divertimos bastante. De regreso a la oficina me dijo: “en este día tan especial, para que regresar a la oficina tan temprano, vamos a mi apartamento y seguimos pasándola bien”. Bueno, respondí, vamos y disfrutamos de unos tragos mas.
Una vez en el apartamento, me dijo: “si no te molesta quisiera ponerme mas cómoda”. conteste: no hay problema; y humm.. Dentro de mi pense que después de todo podría ser una experiencia interesante.
Ella entro a su habitación y unos minutos mas tarde… salio con un gran pastel de cumpleaños, seguida de mi esposa, mis hijos, mis familiares y amigos cantando “happy birthday to you…” y allí estaba yo… como un pendejo, desnudo en el sofá de la sala…. y con las medias puestas.
Tenia o no tenia razón para despedir a mi secretaria