Dieta-South-Beach-Etapa-1

Una dieta convertida en best-seller? Sí, aunque suene increíble, la dieta South Beach, creada por el cardiólogo norteamericano Arthur Agatston en los años ’90 para hacer adelgazar a sus pacientes cardíacos con sobrepeso sigue causando furor.
La dieta consta de tres fases, aunque se sabe que la primera es la que garantiza el éxito. De hecho, el Dr. Agatston le puso a esta etapa un nombre más que sugestivo: «Desterrar las ansias«, algo que se traduce en un intento por controlar los niveles de insulina y evitar las constantes visitas a la heladera para saciar el hambre.

Básicamente, la South Beach propone un descenso rápido -de 3 a 6 kilos- en los primeros 15 días. Es decir, bastante más de lo que se logra con un plan tradicional. Para lograrlo apela a una fuerte disminución del nivel de glúcidos y calorías durante las dos semanales iniciales y a una prevalencia de ácidos grasos monoinsaturados que, en lugar de depositarse en el cuerpo, colaboran con los mecanismos de combustión.
La dieta es sencilla y no obliga a contar calorías, sólo a elegir alimentos y respetar porciones normales. Cada fase consta de una serie de recomendaciones que conviene cumplir al pie de la letra si se quieren obtener buenos resultados. No es una tarea difícil aunque, como en toda dieta, hace falta constancia.

Se busca reducir la presencia de ácidos grasos saturados y elegir alimentos ricos en ácido oleico y Omega 3, porque protegen el corazón. Estas grasas «buenas» se encuentran en el aceite de oliva, las frutas secas, la palta y la yema de huevo (todos ricos en ácido oleico). También en el aceite de soja y en los pescados (blancos y grasos), que aportan Omega 3. Los glúcidos que se incorporan en la primera etapa son bajos en cantidad y están ligados a una fuerte presencia de fibras. La participación que tienen las proteínas en las primeras semanas es bastante alta. Su objetivo es dar saciedad y ofrecer aminoácidos para asegurar el bienestar del organismo. Pero es importante tener en cuenta que esto significa una sobrecarga para el riñón (que debe eliminar los residuos nitrogenados), y por eso conviene ayudarlo con no menos de 2 litros de agua al día.
Por esa razón quedan fuera de la dieta personas diabéticas, con afecciones renales o embarazadas (aunque todos deben consultar antes con su médico).