Poema #6

Quién
Quién se olvide de mí, suspiraré su nombre
En medio del ruido inmaculado, se escuchará y seré escuchado
Con mis ruinas, latentes en el suelo que yace bajo mi silueta de hambre
Bajo el tumulto de rosas quemadas, que en mis manos han sido manchadas
Sangre viva, sangre abandonada en las palabras mías
A palabras tuyas, semblante fervor al final de mis días
Vuelan violentos los colosos sórdidos, nuestras voces hastías
Soñolientas con el trazo de las brasas frías
Al final, sabrán olvidar el sonido, rendir al cántico
Profetizarse leves en el olvido, subir el ático
Volverse el arpa melodiosa que cuenta la hora
Nocturna en la frontera del sueño y la constelación de espada
Diurna en el calor que extingue la piel descarnada.

Quien dice que la selva no es memoria, recordaré su lluvia
Ebrio en el rocío que me brindará las mentiras
Ávido el sentimiento de las luces que fluyan
En mis venas, atiborradas de tinta muertas en iras
Tanto escribir, tanto sentir los dioses que no he borrar
Tanto domar el fuego, separarlo del mar
De intoxicarse en el humo, tan propio del aire
Mata suspiro y vive desaire
Contacto y delirio al respirar el abismo
Estrellarse al fondo y besar las rocas que aguarden mi llegada
Sólo en la cima que me detuvo era yo mismo
En el crimen y la nostalgia que me libera
En el perdón y abrazo que me condena

Quien lea mis dedos en las teclas del piano, guardará mi sinfonía
El ritmo inerte que caracteriza mi flor espía
Hoy, mira dentro, escucha el eco de los ojos blancos
Bailan al ruido tranquilo y melodía alborotada
Acordes disparan a los sordos oídos de horizontes anchos
Germinan, sufren el mustio recibir de la ardiente tonada
Hipnotiza la playa y recibe la brisa
Como olas los acordes que azotan a la dama de pies caídos
Roba mi espíritu sin prisa
Roba mi sendero y me envuelve en la armonía de sus gemidos
Desnuda, desnudo
Desnudo mi corazón, desnudas sus garras
Indefenso.

Quien pise mi tumba, bailaré en la suya
Muerto estaré yo y el día que me acabe
El tiempo que no veré será mío
El azar, un vehículo
Partir indiferente de la tierra
Que es mi patria y que me aplasta
Mi hogar y el espejo
Me encierra y en éste soy libre
Vicisitudes serán rostros ajenos
Incertidumbre, la llama que apague el libro
Con la pluma que escribo y pierdo mis ideas
Cerraré el baúl
Enterraré la llave.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *