4 consejos para comprar un coche usado
Comprar un coche usado no siempre es un proceso sencillo, sobre todo si no estás seguro de lo que quieres. Hay que tener en cuenta muchas cosas, desde la fiabilidad hasta el ahorro de combustible y, te guste o no admitirlo, el estilo. Por si fuera poco, también hay que pensar en el historial del vehículo y en cómo financiar la compra.
Para que tu decisión sea un poco más fácil, hemos reunido algunos consejos sobre lo que debes tener en cuenta y lo que debes comprobar al comprar un coche usado.
1. Piensa en lo que necesitas
Antes de dejarte llevar soñando con un descapotable de 3,0 litros o un 4×4, piensa qué es lo que necesitas de tu coche. Si quieres formar una familia, un MX-5 puede no ser la opción más sensata, así que hazte algunas preguntas. Nuestra lista de comprobación de coches de segunda mano es la siguiente:
Necesidades prácticas – Ya sea por los bajos costes de funcionamiento o por el espacio para la familia y un par de bicicletas, piensa en lo que necesitas desde un punto de vista práctico.
Requisitos de conducción: ¿vas a conducir la mayor parte del tiempo por la ciudad o por las autopistas? El tamaño del motor y el tipo de combustible que elijas deben reflejar dónde vas a hacer la mayor parte de tus viajes.
Consideraciones medioambientales: los coches más respetuosos con el medio ambiente suelen tener menores costes de funcionamiento. ¿Quieres aportar tu granito de arena al medio ambiente con un vehículo eléctrico o un coche de combustible con bajas emisiones?
Fiabilidad – Algunos coches son muy bonitos pero no tienen la mejor reputación en cuanto a fiabilidad. Otros que simplemente son más antiguos pueden ser más baratos de entrada pero costar más en reparaciones a largo plazo. Echa un vistazo a los comentarios antes de comprar para ver qué dicen otros conductores sobre los vehículos que tienes en mente.
2. Sume todos los costes
El presupuesto de un coche no debe referirse únicamente al coste de la compra. Uno de nuestros mejores consejos para comprar un coche de segunda mano es sumar todos los costes de funcionamiento y los iniciales. Ten en cuenta el depósito inicial, con o sin intercambio de piezas, así como lo que puedes pagar mensualmente. Además, tendrás que calcular el coste de:
Combustible: puedes comparar las cifras de consumo del fabricante con las de los conductores actuales para tener una idea exacta de los costes de combustible. Ten en cuenta que si eliges un coche diésel, el coste de repostar suele ser mayor que si eliges gasolina.
Impuestos – Los impuestos de los coches usados se basan en sus emisiones de CO2. Puede oscilar entre 0 libras al año y más de 1.000 libras al año. Recuerda que la forma de gravar los coches ha cambiado para los modelos matriculados a partir de abril de 2017, así que asegúrate de elegir la escala correcta para medir tus costes.
Mantenimiento – Si el coche usado que quieres tiene más de tres años, tendrá que pasar la ITV cada año. También necesitará una revisión anual para mantener la validez de la garantía del fabricante.
Seguro – El seguro es uno de los costes más caros asociados a la posesión de un coche. Comprueba en qué grupo de seguros se encuadran los coches que has seleccionado para poder presupuestar con exactitud.
3. Buscar un concesionario de confianza
Comprar un coche usado en un concesionario puede no ser la forma más barata de comprar, pero tiene muchas ventajas. Un concesionario de renombre puede llevarle a través del papeleo disponible para verificar que el coche ha sido cuidado. Muchos buenos concesionarios también ofrecen coches de segunda mano certificados, que han sido sometidos a una inspección y a una comprobación del HPI para verificar que son totalmente aptos para la circulación y que se ha rectificado cualquier posible problema.
Comprar en un concesionario también significa que es posible financiar el vehículo de forma asequible. Mientras que la compra privada puede suponer un préstamo, los concesionarios ofrecen opciones que permiten a los conductores elegir el tamaño de su depósito, cambiar su vehículo actual o incluir los costes de mantenimiento en su plan de financiación.
4. Comprobación del interior y el exterior
Ya has acotado la lista de vehículos de ocasión que quieres mirar. Ahora hay que hacer un trabajo de comparación de coches. Cuando vayas al concesionario, es importante que revises el modelo para asegurarte de que no hay nada que te llame la atención. Esto es lo que te recomendamos que compruebes:
Kilometraje: la mayoría de los coches recorren entre 10.000 y 12.000 kilómetros al año, así que comprueba el cuentakilómetros para ver si coincide con la edad del coche. Si es mucho más alto, pide ver el último registro de servicio o pregunta por qué es más alto de lo esperado. Si compras en un concesionario, a menudo puedes ver el kilometraje de un coche usado en el listado, así que comprueba que coincide con lo que dice el listado.
Carrocería – Comprueba la carrocería del coche para asegurarte de que no tiene arañazos ni abolladuras. Tampoco debería haber óxido alrededor de los pasos de rueda.
Interior – También el interior del coche debe estar libre de manchas, rasgaduras o arañazos. Echa un vistazo a los asientos delanteros y traseros, así como al maletero, para asegurarte de que el precio del coche refleja su estado.
Electricidad: comprueba los faros, las luces de freno y los intermitentes, así como la radio, para asegurarte de que todo funciona como es debido. También conviene comprobar las ventanillas si son eléctricas.
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