Diferencias de género en el comportamiento de las apuestas

¿Se ha preguntado alguna vez si el sexo opuesto ve el juego de una manera totalmente diferente a la suya? ¿Las mujeres ganan más que los hombres, o los hombres se arriesgan más? ¿Determina nuestro género nuestro comportamiento en el juego? Los estudios han identificado las diferencias en el comportamiento del juego entre hombres y mujeres, pero ¿hay lecciones que aprender del sexo opuesto?

El juego, como pasatiempo, ha sido tradicionalmente cosa de hombres. Sin embargo, la explosión de la popularidad de las apuestas online y otras formas de «entretenimiento» relacionadas con el juego ha hecho que haya más mujeres jugando que nunca. Lo más interesante es saber si los hombres y las mujeres apuestan de forma diferente y qué pueden aprender unos de otros, si es que pueden aprender algo, sobre lo que funciona y lo que no.

Para que quede claro, la gran mayoría de las casas de apuestas sólo dan la opción de identificarse como hombre o mujer tal y como se le designa en su partida de nacimiento. Por lo tanto, los datos sólo reflejan lo que los individuos han elegido en el momento de registrarse.

¿Quién juega más? ¿Los hombres o las mujeres?

Curiosamente, un estudio muestra que las mujeres que apuestan tienden a hacerlo durante más tiempo: 21 meses de su vida, frente a 14 en el caso de los hombres. Sin embargo, aunque los hombres apuesten durante menos tiempo en general, tienden a dedicar el doble de tiempo a las actividades de juego y a realizar sesiones de juego más frecuentes que las mujeres.

¿Quién gasta más?

Según un estudio, los hombres depositan una media de 94 libras esterlinas en una cuenta de apuestas en línea, frente a las 67 libras esterlinas de las mujeres.

¿Quién pierde menos?

Un estudio sobre el juego reveló que las mujeres tienden a perder menos al año (2,6 mil euros) en comparación con los hombres (3,7 mil euros).

¿Quién obtiene más beneficios?

Las mujeres también pueden ser apostantes más rentables que los hombres. Un estudio realizado por la casa de apuestas 888 en Nueva Jersey demostró que sus clientes femeninos obtuvieron un 19% de rentabilidad en un periodo de 12 meses, en comparación con sus clientes masculinos, que experimentaron una pérdida del 4,6%.

Aunque eso no es todo. Desglosando un poco más, las mujeres más jóvenes del grupo de edad de 18 a 24 años tuvieron una pérdida de alrededor del 43%, que fue peor que la de los hombres de una edad similar. Sin embargo, las mujeres de más edad (más de 25 años) obtuvieron un sólido 29% de rentabilidad en sus apuestas.

Consideraciones de las casas de apuestas

Algunas casas de apuestas tendrán en cuenta las diferencias entre los apostantes masculinos y femeninos y modificarán su enfoque hacia los clientes en función de su sexo, y algunas casas de apuestas conocidas tienen en cuenta las cuentas femeninas hasta una décima parte de las cuentas masculinas. Lo que esto significa en la práctica es que las cuentas femeninas pueden ser examinadas más de cerca, estar sujetas a límites de apuestas más bajos y ser restringidas más rápidamente.

¿Es algo biológico?

Sabemos por estudios en otros campos que las mujeres suelen ser más reacias al riesgo que los hombres, lo que podría explicar por qué depositan menos y pierden menos. A lo largo de la historia, hemos observado importantes diferencias biológicas y factores ambientales que han incentivado a los hombres a asumir más riesgos.

En parte, esto se debe a la evolución y a nuestra herencia de cazadores-recolectores, en la que los hombres, físicamente más fuertes, tendrían que sopesar las probabilidades de cazar su cena, y las mujeres serían la influencia nutritiva, criando a los niños.

Para tener éxito en las apuestas es necesario comprender las matemáticas y las probabilidades subyacentes, así como evaluar el riesgo. Esto tiende a atraer a los hombres, que dominan campos como las matemáticas, la programación y la ingeniería, pero estas carreras también son cada vez más populares entre las mujeres, lo que se traduce en que cada vez más mujeres se toman en serio las apuestas.

Factores sociales y apuestas científicas

Las apuestas se han asociado históricamente a personas adineradas, sobre todo en el caso de los casinos o las carreras de caballos. En algún momento de la historia, las mujeres tenían prohibida la entrada a algunos establecimientos de este tipo o eran una rareza en cualquier caso.

El 73% de los hombres eligieron las apuestas deportivas como su actividad preferida, frente a sólo el 40% de las mujeres.

El estigma del juego que aún persiste podría ser un factor que influya en el hecho de que menos mujeres jueguen que los hombres, ya que las jugadoras pueden temer ser recibidas con desaprobación si admiten que disfrutan del juego. El bingo es un caso interesante, ya que su formato se considera más aceptable socialmente como un juego y una salida nocturna, lo que ha llevado a su popularidad entre las mujeres que ahora se traduce en una plétora de sitios de bingo que atienden a clientes femeninos.

Tanto las apuestas combinadas como el arbitraje son una forma más segura de garantizar un beneficio y unos ingresos constantes, y requieren una mentalidad analítica, por lo que los apostantes son menos propensos a hacer apuestas impulsivas en los partidos que están viendo.

Como también sabemos, los hombres son consumidores más frecuentes de medios de comunicación y cobertura deportiva (aunque esta diferencia se está reduciendo) y, por tanto, es más probable que se impliquen emocionalmente en el proceso de las apuestas.

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